Recorriendo las calles del céntrico barrio de la Plaka se puede llegar a la popular plaza Syntagma, lugar elegido por los atenienses para protestar desde la concentración que logró que se aprobara la Constitución en 1843. Hoy, casi dos siglos después, los problemas que preocupan a sus ciudadanos han cambiado pero siguen teniendo a esta […]
Dirigentes Digital
| 05 oct 2015
Recorriendo las calles del céntrico barrio de la Plaka se puede llegar a la popular plaza Syntagma, lugar elegido por los atenienses para protestar desde la concentración que logró que se aprobara la Constitución en 1843. Hoy, casi dos siglos después, los problemas que preocupan a sus ciudadanos han cambiado pero siguen teniendo a esta icónica plaza como lugar de protesta. Y es que, durante los últimos años, el Parlamento y los fotogénicos evzones (sus guardias presidenciales) han visto cómo el país hacía frente a la feroz crisis económica.
Como consecuencia de esa crisis, los griegos tenían su tercera cita con las urnas en menos de ocho meses. Bajo un clima de desánimo y apatía, el pueblo heleno daba la victoria al líder de la formación izquierdista Syriza, Alexis Tsipras, que agradeció a los ciudadanos que le hayan dado un mandato claro "para cuatro años". Para el gobernante, que ha lidiado en los últimos meses una dura batalla con la Zona Euro para llevar a cabo el tercer rescate, estas elecciones lanzaban el claro mensaje a Europa de que "Grecia es sinónimo de lucha y dignidad".
El propio Tsipras habla de su ‘gesta’ como una guerra: "Dimos una batalla difícil y estoy muy contento porque el pueblo nos dio un mandato claro para seguir luchando en el interior y el exterior". Y, precisamente bajo esa lucha interna y externa, el nuevo Gobierno tendrá que hacer frente a un sinfín de retos para recuperar la estabilidad política y económica de un país ‘arrasado’ por la crisis.
Y es que, aunque ahora se respira tranquilidad, las portadas de los diarios que abarrotan los quioscos hacen ver que Grecia sigue siendo un país con dificultades. El nuevo Gobierno, resultante de los comicios celebrados el pasado 20 de septiembre, tiene ante sí numerosos retos que no serán fáciles de solventar. Entre ellos, la dura batalla contra la austeridad. Ana Isabel Laín, gestora de inversiones de Ibercaja Gestión, señala que, a pesar de que el pueblo griego ya ha votado varias veces este año en contra de un mayor ajuste fiscal, se ha visto obligado a aceptarlo porque la alternativa (salir del euro al quebrar el Estado) no era asumible. La experta añade que, en los próximos trimestres, los ciudadanos irán percibiendo más la presión en sus bolsillos.
Atenas y el cuarteto de acreedores (Fondo Monetario Internacional, Comisión, Banco Central Europeo y Mecanismo de Estabilidad) cerraron hace unos meses la negociación sobre el tercer rescate, que costará 85.000 millones de euros y durará hasta julio de 2018. Con este nuevo acuerdo, en el que destaca la rebaja de los objetivos presupuestarios, Grecia calcula que se ahorrará unos 20.000 millones en medidas de austeridad.
Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de octubre