Así al menos lo demuestra un reciente estudio elaborado por Jason Green y Jeffrey Stark, de las universidades de Alabama Huntsville y la Bridgewater State University, entre más de 6.000 fondos lanzados en los últimos 20 años. Los datos evidencian que los fondos creados con el fin de seguir una tendencia de flujos entre los […]
Dirigentes Digital
| 13 sep 2016
Así al menos lo demuestra un reciente estudio elaborado por Jason Green y Jeffrey Stark, de las universidades de Alabama Huntsville y la Bridgewater State University, entre más de 6.000 fondos lanzados en los últimos 20 años. Los datos evidencian que los fondos creados con el fin de seguir una tendencia de flujos entre los inversores suelen generar ingresos adicionales durante sus 12 primeros meses de vida, pero en los cinco años siguientes registran un rendimiento inferior a los que se salen de la ‘moda’.
"Nuestros resultados sugieren que los lanzamientos de fondos de inversión están motivadas por consideraciones distintas a las de la propia habilidad" del producto para generar rendimientos, tal y como indican en su informe los expertos.
En concreto, y a su juicio, hay dos grandes razones para que una gestora lance un nuevo producto: esa habilidad del gestor para saber que se van a generar buenos resultados, y la propia demanda por una estrategia en particular de los inversores, que condiciona lo que las gestoras quieren lanzar al mercado.
El problema es, que en estos últimos casos, suelen aparecer fondos que no cumplen con las expectativas del inversor. Un inversor que tal vez los ha comprado solo porque en el nombre del producto aparece la palabra "income", "absolute return" o "Internet", según la moda del momento.
Los expertos advierten que invertir en un fondo ‘de moda’ puede ser positivo en términos de rendimientos al principio. Sin embargo, a un plazo de cinco años, estos productos suelen obtener menores rendimientos. Además, el informe desvela que también cuentan con mayores comisiones. El ratio de gastos totales anual para los nuevos lanzamientos en este sentido es 20 puntos básicos por año más elevado que aquellos que no siguen la moda impuesta, bien por las gestoras, bien por los propios flujos del dinero de los inversores.