En Estados Unidos, la inversión en renta fija y el comercio exterior continuarán lastrando su aportación al PIB. Sin embargo, esto se verá compensado por el impulso del consumo privado y el incremento del gasto público. Japón, en cambio, seguirá teniendo problemas para aumentar el débil gasto personal, lo que probablemente obligará al Banco de […]
Dirigentes Digital
| 22 jun 2016
En Estados Unidos, la inversión en renta fija y el comercio exterior continuarán lastrando su aportación al PIB. Sin embargo, esto se verá compensado por el impulso del consumo privado y el incremento del gasto público.
Japón, en cambio, seguirá teniendo problemas para aumentar el débil gasto personal, lo que probablemente obligará al Banco de Japón a flexibilizar todavía más su política monetaria.
La Zona Euro, por su parte, ha puesto fin a su "Gran Recesión", gracias al gasto público y al repunte en el mercado inmobiliario. Estas tendencias seguirán siendo el principal impulso del crecimiento aunque el repunte en el precio de las materias primas y el ritmo más lento en la creación de empleo podrían reducir el consumo privado.
Por el contrario, Suiza se encuentra en una posición más cómoda. El ritmo de crecimiento del PIB va a mejorar, impulsado por el dinamismo del consumo privado. La deflación, aunque continuará durante 2017, no es una fuente de preocupación, ya que no ha debilitado la demanda.
Por último, los países emergentes, seguirán siendo perjudicados por el descenso en la productividad y por el exceso de capacidad aunque las tasas de crecimiento podrían empezar a repuntar de nuevo a finales de 2016. En estas regiones, la puesta en marcha de reformas estructurales parece un requisito previo para volver a poner en marcha sus economías.