El Tesoro Público ha anunciado este lunes la estrategia de financiación para 2017, ejercicio en el que realizará una emisión neta de 35.000 millones de euros, la misma que el año anterior. La emisión bruta ascenderá a 220.017 millones de euros, ligeramente por debajo del año anterior, de los que 122.904 serán a media y […]
Dirigentes Digital
| 09 ene 2017
El Tesoro Público ha anunciado este lunes la estrategia de financiación para 2017, ejercicio en el que realizará una emisión neta de 35.000 millones de euros, la misma que el año anterior. La emisión bruta ascenderá a 220.017 millones de euros, ligeramente por debajo del año anterior, de los que 122.904 serán a media y largo plazo. Los objetivos para este ejercicio son alargar la vida media de la deuda, abaratar costes y diversificar la base de inversores, igual que en años anteriores. Estos objetivos parten del cumplimiento con holgadura de la estrategia fijada en 2016. La financiación neta se ha situado en 35.043 millones de euros, casi 10.000 millones por debajo de lo previsto a principios de año, gracias a la evolución de los ingresos públicos y un uso más eficiente de la tesorería del Estado. La emisión bruta se ha situado en 221.364 millones. El coste medio de las nuevas emisiones durante 2016 ha seguido en descenso, desde el 0,84% de un año antes hasta el 0,61%. El coste de la deuda en circulación se ha situado en el 2,79% al cierre del año pasado. Ambas cifras son las más bajas de la historia reciente del Tesoro. La buena coyuntura y el mantenimiento de la confianza en España por parte de los inversores han permitido estos buenos resultados. La vida media de la emisión a medio y largo plazo ha sido de 11,4 años, cifra muy superior a la registrada el año anterior (9,1 años) y más del doble que en 2012. Este patrón de emisiones ha contribuido a largar la vida media de la cartera de deuda en circulación, con lo que se garantiza la sostenibilidad de la deuda del Estado ante las incertidumbres del entorno internacional. Para 2017, el Tesoro persiste en los objetivos de abaratar el coste, ampliar la vida media y diversificar la base de inversores al tiempo que mantiene la apelación al mercado en términos netos, hasta 35.000 millones de euros. La financiación bruta ascenderá a 220,017 millones, de los que 122.904 millones serán a medio y largo plazo, una cifra que supone 2.536 millones más que en 2016. La emisión de Letras del Tesoro será de 97.113 millones, unos 3.880 millones menos que el año anterior. No se modificará la pauta en las subastas ordinarias de Bonos y Obligaciones del Estado nominales con cupón fijo. Como regla general, estas subastas ordinarias tendrán lugar el primer y el tercer jueves de cada mes. La emisión esperada en las subastas ordinarias se situará dentro del rango publicado sin tener que alcanzar el máximo anunciado, como ya se hizo en los ejercicios previos. Este año el Tesoro va a continuar con el programa de Bonos y Obligaciones indexados a la inflación europea, lo que permite diversificar la base de inversores de la deuda española. Se incorporará una posible subasta de una referencia indexada en la primera subasta del mes. En sus tres primeros años de vida, este programa ha acumulado un volumen total de 28.544 millones y ha incrementado progresivamente su peso en el total de la cartera de Deuda Pública hasta superar el 3% del total en circulación. España se ha convertido en un emisor de referencia en este mercado, junto con Francia, Italia y Alemania. Al igual que en años anteriores, el Tesoro recurrirá a sindicaciones bancarias para colocar ciertas referencias, aunque las subastas seguirán siendo el principal método de emisión. Además, el Tesoro tendrá la opción de convocar subastas especiales, fuera del calendario habitual, para dotar de liquidez a ciertas referencias y mejorar así el funcionamiento del mercado secundario. Se prevé también la posibilidad de recurrir a colocaciones privadas en las que se emite un valor directamente a un inversor, en condiciones de coste favorables para el Estado.