El Tribunal de Cuentas ha analizado la actividad crediticia del Instituto de Crédito Oficial (ICO) durante el año 2016. Entre los apuntes que realiza el Tribunal de Cuentas, señala que “el ICO no ha contado con un Plan Estratégico y un Plan Comercial adaptados a la coyuntura económica actual”. En este sentido, la crítica tiene […]
Dirigentes Digital
| 21 mar 2018
El Tribunal de Cuentas ha analizado la actividad crediticia del Instituto de Crédito Oficial (ICO) durante el año 2016. Entre los apuntes que realiza el Tribunal de Cuentas, señala que “el ICO no ha contado con un Plan Estratégico y un Plan Comercial adaptados a la coyuntura económica actual”. En este sentido, la crítica tiene que ver con una circular del Banco de España que establece que entidades como el ICO deben considerar los diferentes riesgos a los que se enfrentan, así como las estrategias para afrontarlos. El último Plan Estratégico del ICO se remonta a 2008, y el siguiente se ha realizado para el periodo 2018-2021, por lo que no ha contado con ninguno durante diez años. Por otra parte, también ha criticado las “deficiencias en el tratamiento de la documentación de las operaciones”. Desde el Tribunal de Cuentas se señala que la información se encontraba duplicada, sin que exista un expediente único donde se centralice la información. En cualquier caso, las recomendaciones más importantes tienen que ver con la previsión y el control de la actividad del ICO. Por ejemplo, se reitera la conveniencia de establecer plazos máximos para revisar los procedimientos internos acerca de actividad crediticia. En esa misma línea, añade otro punto que va en la dirección de encuadrar un área orgánica para gestionar los riesgos operativos. La ciberseguridad es otra de las preocupaciones que comparten un número importante de instituciones. Por ello, el Tribunal de Cuentas recomienda crear una oficina de seguridad para prevenir ataques a los sistemas de información. También considera recomendable “documentar los procedimientos y mecanismos de control interno asociados al sistema de gestión de seguridad”. El último punto de las recomendaciones es “no asumir los riesgos de operaciones minoristas” en las que la falta de red propia conlleva la colaboración con entidades financieras. El Tribunal reconoce una virtud del ICO, que es la estructuración de distintas etapas de evaluación y control para el riesgo de crédito con empresas.