Los expertos tienen claro que si la divisa perdiese mucho valor muy rápidamente, el primer afectado sería el poder adquisitivo nacional, lo que resultaría preocupante porque el consumo interno sigue siendo el principal pilar del crecimiento chino. Tal y como recuerda la firma en un reciente documento, el pasado 4 de enero, el tipo de […]
Dirigentes Digital
| 14 ene 2016
Los expertos tienen claro que si la divisa perdiese mucho valor muy rápidamente, el primer afectado sería el poder adquisitivo nacional, lo que resultaría preocupante porque el consumo interno sigue siendo el principal pilar del crecimiento chino.
Tal y como recuerda la firma en un reciente documento, el pasado 4 de enero, el tipo de cambio diario del renminbi continental u onshore (CNY) frente al dólar estadounidense superó los 6,5 por primera vez desde 2011, ya que el banco central de China (el PBoC) había señalado previamente su intención de referenciar el CNY a una cesta de divisas y no solo al dólar.
A finales del año pasado, el Gobierno dejó claro que quería que el mercado dejase de prestarle tanta atención al tipo de cambio CNY/USD y que pasase a considerar la divisa en el marco de un sistema de tipo de cambio efectivo. Por ese motivo, las autoridades han hecho público el peso real del renminbi frente a una cesta de divisas en términos ponderados por el comercio exterior.
"Aunque Pekín está intentando depreciar el CNY de forma controlada, el renminbi extracontinental u offshore (CNH), que cotiza libremente, continúa señalando una depreciación mucho más acusada y el diferencial entre el CNY y el CNH ha alcanzado su nivel más amplio registrado", indican desde JP Morgan.
A juicio de los expertos, esta ampliación del diferencial refleja que el mercado extracontinental cree que el banco central permitirá que el CNY continúe depreciándose frente al dólar a corto plazo. "Puesto que esta expectativa parece acertada, las autoridades chinas deberían comunicar de forma efectiva que esta modificación del régimen de tipo de cambio es necesaria para evitar una sobrevaloración de la divisa, que se ha apreciado más de un 30% frente a una cesta de divisas desde 2010".
En el mismo sentido se manifiesta Diego Jiménez-Albarracín, de Deutsche Bank, al asegurar que a pesar de que China está cambiando su modelo de crecimiento, "el problema financiero es más difícil de atacar". Recuerda el experto que el país debe abrirse al exterior. Y un primera paso ya lo dieron con la inclusión del yuan en la cesta de divisas del FMI. Sin embargo, Jiménez Albarracín considera que el país tiene que conseguir que el yuan sea completamente convertible. "El problema del Gobierno es acomodar el mercado de capitales al cambio de modelo de crecimiento. Da la sensación de que están dando palos de ciego, y eso al mercado no le gusta", insiste, recordando que esta situación también puede aplicarse al yuan, con los inversores descontando una gran devaluación. "Nosotros no pensamos que vaya a ser así, pero el mensaje desde las autoridades debe ser claro y transparente para no generar incertidumbre", indica el experto.
Para JP Morgan el principal problema es que China sigue empeñada en mantener tres políticas (liberalización de los flujos de capital, tipo de cambio fijo y política monetaria independiente) que ningún país ha logrado controlar de forma simultánea a largo plazo. "Si continúa apostando por la internacionalización del renminbi y la apertura de su cuenta de capital, tendrá que escoger entre una política monetaria independiente o un tipo de cambio fijo", explican.
Los expertos advierten que reservas chinas en divisa extranjera se redujeron en 107.900 millones de dólares en diciembre, aunque se mantienen en un nivel saludable en 3,3 billones de dólares, por lo que el organismo monetario central contaría con suficiente munición para defender la divisa en caso necesario.