Aunque el crecimiento de Estados Unidos se ha debilitado, el consenso es que la ralentización no será tan terrible como se auguraba en un principio (llegando incluso a hablar de una posible recaída en la recesión). Mientras, los acontecimientos internacionales mantienen al banco central norteamericano atado de pies y manos, y reducen la posibilidad de […]
Dirigentes Digital
| 08 jul 2016
Aunque el crecimiento de Estados Unidos se ha debilitado, el consenso es que la ralentización no será tan terrible como se auguraba en un principio (llegando incluso a hablar de una posible recaída en la recesión). Mientras, los acontecimientos internacionales mantienen al banco central norteamericano atado de pies y manos, y reducen la posibilidad de otro incremento de tipos al mínimo este año (18%). Sin embargo, el camino de la Bolsa neoyorquina no está exento de ‘baches’, y es que el país tiene en noviembre una cita con las urnas, y teniendo en cuenta las recientes turbulencias que los comicios han causado en el resto del mundo, esta cita promete… Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, lo tiene claro, las elecciones estadounidenses son el “próximo evento de riesgo” (dejando atrás el Brexit y los posibles escenarios macro que podamos ver a continuación). Tajante se muestra también respecto a los candidatos, la demócrata Hillary Clinton “se encamina hacia una plataforma anti-negocio”, mientras que el republicano Donald Trump “está apostando por sacar un ticket anti-sistema”. Ninguna de las dos opciones, señala, “sería buena para los mercados“. Es más, advierte con la sorpresa antieuropea británica, “tengo el presentimiento de que Trump llegará a la Casa Blanca”, aunque, en cualquier caso, cree que “estos dos candidatos son los peores que se han ofrecido al público de Estados Unidos en la historia”. Afirma que el republicano “será negativo para el dólar, su famosa política exterior no sólo es un paso atrás, sino que además veremos a muchas compañías salir corriendo del país. La demócrata, por su parte, será mala para los bancos y otros ‘capitalistas’. No hay que olvidar que ella ya trató de socavar a las empresas estadounidenses cuando Bill Clinton estaba en la Casa Blanca”. En su opinión, “no se trata de programas políticos específicos o visiones, sino de desbancar el status quo (…) creo que va a coincidir con un nuevo mínimo en la actividad económica, la inflación y el crecimiento en los próximos tres meses“. Y, más allá, pronostica: “Llegado el verano de 2017, veremos un dólar mucho más débil, un oro más alto, un mercado de valores que caerá un 20-25% antes de recuperarse, y nuevos mínimos en los rendimientos de la deuda pública del G7. Mi enfoque personal será una cartera clásica permanente basada en ponderar un mayor riesgo cuando el mercado está abajo y tomando beneficios cuando sube”. Más calmados se muestran los analistas de S&P Global Market Intelligence Equity Research al apuntar que, salga quien salga elegido, no tendrá el apoyo necesario para poner en práctica la totalidad de sus ideas y programas. Con todo, sobre la base de las mismas han elaborado un estudio en el que señalan cuáles sectores se verán mas afectados por ellos y por qué. La industria de consumo se verá impactada por la legislación sobre el salario mínimo; productos básicos por la de inmigración; energía por el apoyo a las renovables; finanzas por la regulación Dodd-Frank; salud por la Affordable Care Act; manufacturas por los gastos en defensa; tecnología de la información por los ingresos e impuestos a extranjeros; materiales por la relaciones comerciales entre China y Estados Unidos y el acero; telecomunicaciones por la ‘neutralidad’ de la Red; y utilities por la cuestión del carbón. En cualquier caso, recordemos que a principios de año Barclays señalaba que no aguardaban, a pesar de las elecciones, inestabilidad política. Pues, parece poco probable que se produzcan reformas legislativas a gran escala tras el activo periodo 2010-2012; además, Paul Ryan ha demostrado ser un negociador eficaz y ha reducido considerablemente el riesgo de un shutdown en el Congreso; asimismo, los miembros de la Cámara deberían haber aprendido la lección durante la “crisis” del techo de deuda de 2011: “La falta de acuerdo y la rebaja del rating de Estados Unidos desembocaron en una caída del 18% para el S&P 500“, recordaban.