El gigante asiático sigue despertando suspicacias entre inversores y analistas, pero, tras la tormenta de este verano, parece que la desaceleración de su economía ha sido ya descontada por los precios. Al mismo tiempo, el mercado, aunque no termina de fiarse de las autoridades chinas, parece interpretar que la pérdida de momentum se debe a […]
Dirigentes Digital
| 02 nov 2015
El gigante asiático sigue despertando suspicacias entre inversores y analistas, pero, tras la tormenta de este verano, parece que la desaceleración de su economía ha sido ya descontada por los precios. Al mismo tiempo, el mercado, aunque no termina de fiarse de las autoridades chinas, parece interpretar que la pérdida de momentum se debe a la transición (que en cualquier caso no será fácil) a una economía de consumo más que de inversión (deuda).
Y, en última instancia, fían principalmente sus esperanzas en las armas de política monetaria que le restan al People’s Bank of China (PBoC). Así como a la nueva ronda de estímulos que se esperan desde el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés). A las que se suma una Reserva Federal (Fed) cauta y a la espera y, que en cualquier caso, ante la persistente volatilidad generada en torno a su decisión, pocos inversores se sorprenderán ya cuando finalmente decida subir los tipos.
En este contexto, Capital Economics considera que, aunque los "flujos de capital son particularmente volátiles", el retorno de dinero de forma estable "apoyará a los mercados emergentes en 2016/2017, siendo las perspectivas de la renta variable particularmente prometedoras".
Menos positivos son los expertos de Goldman Sachs pues consideran que las Bolsas emergentes no van a volver a brillar con tanta fuerza, pues la rotación desde estos países a los desarrollados, de los productores (y beneficiarios del capex) a los consumidores probablemente continúe.
Aunque al describir la situación económica de los países en desarrollo habla de "mal tiempo, no huracán", Bank of America Merrill Lynch cree que "el crecimiento no tocará fondo hasta el primer semestre del año", ante los bajos precios de las materias primas y las ajustadas condiciones de liquidez. Con todo, si éstas mejoran, estiman que el PIB podría acelerarse en 0,5 puntos porcentuales.
Creen que todos estos factores, sumados a la postura acomodaticia del BCE, "ofrecen un amplio espacio para que los bancos centrales de los emergentes se mantengan dovish. En los próximos seis meses, esperamos flexibilización adicional en China, India, Indonesia y Rusia. En Europa central y oriental las presiones para un recorte de tipos se han incrementado".
En lo que respecta a las divisas, se declaran cautos respecto al rally de las monedas de países en desarrollo y bajistas en Asia y Latinoamérica, particularmente en rupia indonesia, ringgit malasio, real brasileño y sol peruano; mientras apuestan por peso mexicano y zloty polaco. Y, en renta fija soberana, "sobreponderamos Indonesia. Estamos infraponderados en Turquía, Ucrania, Perú, Filipinas y Zambia". Sobre deuda corporativa esperan que el crédito se expanda, a pesar de los débiles fundamentales, ante sus expectativas de que la "flexibilización monetaria mundial proporcione un entorno favorable para los activos de riesgo en el corto plazo".