Si atendemos a los índices MSCI, los emergentes suponen al menos el 10% de la capitalización global de los mercados de renta variable, sin embargo, lo cierto es que en las carteras de inversión su porcentaje es mucho menor. Mientras, según los datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), estas regiones representan […]
Dirigentes Digital
| 20 feb 2017
Si atendemos a los índices MSCI, los emergentes suponen al menos el 10% de la capitalización global de los mercados de renta variable, sin embargo, lo cierto es que en las carteras de inversión su porcentaje es mucho menor. Mientras, según los datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), estas regiones representan cerca del 50% del PIB nominal mundial y un 80% de su crecimiento. El hundimiento de las materias primas, las dudas sobre China, el ciclo alcista de los tipos de la Reserva Federal (Fed) han golpeado con fuerza la confianza inversora en estos países en los últimos años. Ahora, evitado el peor escenario en el gigante asiático, con las commodities en recuperación y la política monetaria estadounidense ‘descontada’… llega el proteccionismo del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, para enturbiar sus perspectivas. Sin embargo, si alargamos el horizonte de inversión, los emergentes destacan como fuente de diversificación y retorno… “Las tendencias macroeconómicas y de mercado sugieren que la renta variable de estas regiones deben revalorizarse y su deuda comportarse mejor que la de los mercados desarrollados. Ahora bien, los inversores con horizontes deben tratar estos activos como alternativas de largo plazo en lugar de asignaciones de corto”, recomiendan Simon Lue-Fong y John Moorhead, de Pictet AM. Destacan estos expertos que incluso con el desplome de los precios de las materia primas, “exportadores como México, Perú, Chile y Colombia han sido capaces de aguantar el shock, en parte gracias a los avances significativos en diversificar sus fuentes de crecimiento, reestructuración fiscal y fortalecimiento de sus instituciones, como la independencia de sus bancos centrales”. Además, añaden, “los riesgos políticos parecen ir en aumento en el mundo desarrollado”: Brexit, elecciones y avance del denominado ‘populismo’ en Europa… De hecho, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P), apuntan, “ha llegado a argumentar que las políticas populistas en economías avanzadas han erosionado las diferencias con los mercados emergentes”. Deuda soberana, crédito y Bolsa Así, a la ahora de aproximarse a este universo, Lue-Fong y Moorhead llaman la atención sobre la rentabilidad a vencimiento de la deuda emergente en dólares: 3,6% más que la estadounidense. “Desde 1998, el retorno total acumulado del índice EMBI en moneda fuerte ha sido del 393%, del cual 367% es atribuible a la rentabilidad compuesta de los cupones. Además su sensibilidad a variaciones de tipos de interés es menor”. Por su parte, el papel en divisa local tiene una yield a vencimiento del 6,9%, 4,5% más que la norteamericana, “con aún menor sensibilidad a variaciones de tipos”. Por ejemplo, subrayan, “los inversores que compraron el índice de deuda en moneda local de emergentes a comienzo de 2003 han obtenido hasta 2016 una rentabilidad compuesta por los cupones de 146%, compensación suficiente a pesar de una rentabilidad negativa del 18% por el tipo de cambio”. Finalmente, añaden, “que la deuda neta de empresas de mercados emergentes ha disminuido desde un ratio de 55% en 2000 al 30% en 2015 y que los dividendos han aumentado 60%. El apalancamiento neto en 2015 del high yield era 2,3 veces frente a 3,1 de desarrollados, con tasas de recuperación de impagos similares a los de las compañías estadounidenses”. En cuanto a la renta variable, detallan, “en cinco años la rentabilidad total del índice de mercados emergentes MSCI ha superado al mundial en más del 30% en dólares”. Oportunidades también en 2017 Debilidad en las divisas que no se asienta en fundamentales (México, Argentina, Colombia, Indonesia o Malasia), reducción de las presiones inflacionistas (Brasil, Rusia, Nigeria…) y unos bancos centrales más acomodaticios podrían estimular este mismo año a muchos de estos países, opina Stephen H. Dover, CIO de Templeton Emerging Markets Group. A pesar de las incertidumbres, señala, hay oportunidades en emergentes en 2017: se han quedado rezagados con respecto al crecimiento de los beneficios, pero el pasado ejercicio marcó la primera vez en cinco años en los que estos superaron a los de los desarrollados. “Creemos que aún hay margen para que se pongan al día”, afirma.