“En 2018 despegará la AI aplicada a dependientes”

Ignacio Barraqué (Zaragoza, 1968) ha creado una plataforma basada en la inteligencia artificial (IA), que alerta a los familiares o cuidadores de que la persona mayor o dependiente puede estar en peligro sin que ésta tenga que hacer nada. Este emprendedor zaragozano, director general de Social&Care, asegura a Dirigentes Digital que esta aplicación va a revolucionar el cuidado de los más vulnerables. Recalca que en España, el envejecimiento de la población va provocar que los servicios de ayuda social “se van a disparar en los próximos años”. Diplomado en Informática, participó en la creación de una empresa tecnológica de exoesqueletos y se deslumbró con la emoción de unos padres que vieron caminar a su niña tetrapléjica de 9 años, con la ayuda de un robot. Afirma que los productos que inventa “tienen un fin social, porque facilitan la vida de las personas que tienen dificultades”. Asevera que en los próximos cinco años “habrá una revolución espectacular por el Internet de las cosas, que modificarán nuestros hábitos diarios y no todo el mundo puede adaptarse a la misma velocidad a estos cambios”.  ¿Cuándo y cómo surgió la idea de crear la empresa Social & Care?  En la historia de mi vida, como en la de cualquier persona, te encuentras con ángeles y demonios. Uno de mis ángeles apareció en mis primeros años de experiencia profesional. Tras estudiar informática empecé a trabajar en una multinacional francesa, cuyo cliente principal era el Ministerio de Sanidad, y tuve la suerte de participar en la informatización del sistema público de salud. Así me he especializado en tecnología aplicada a la sanidad. Otro gran ángel apareció en 2013, cuando Elena García, mi prima hermana, que trabaja con robots, me llamó para ayudarle a crear una empresa tecnológica, con un proyecto para aplicar la robótica a una niña tetrapléjica de 9 años. Esta experiencia me marcó, sobre todo, cuando vi a los padres de la pequeña emocionados al ver andar a su hija. Ahí decidí que tenía que dedicarme a ayudar a las personas y aplicar la tecnología a la gente que lo necesita. En ese momento, mi padre sufrió una angina de pecho y un infarto, con la consecuente pérdida de confianza en sí mismo y miedo a salir de casa. Como mi padre, muchas personas necesitan ayuda pero no entran en el plan de dependencia y la teleasistencia no es la solución. Así nació Social&Care. Presentamos la idea al programa de emprendimiento de Accenture, hicimos un prototipo y lo presentamos a futuros clientes de Aragón: Fundación Rey Ardid, Fundación Federico Ozanan, Disminuidos Físicos de Aragón y Atades. Después de hablar con todas y ver sus necesidades, concluimos que nuestra idea estaba bien planteada y cubre una necesidad real y nació la empresa Social&Care el 1 de julio de 2016.  La plataforma es sencilla, pero tiene un potencial tremendo. ¿Qué novedad aporta respecto a los sistemas de asistencia actuales? Social&Care es inteligente y automática. El usuario no tiene que hacer nada, sólo llevar un móvil o una baliza GPS con él. Social&Care aprende de sus hábitos y detecta si necesita ayuda sin que tenga que hacer nada, informando a cuidadores y familiares de inmediato. Social&Care analiza lo que hace el usuario a lo largo del día, en casa y fuera. Lo compara con sus hábitos e informa constantemente de lo que hace sin que el usuario tenga que saber cómo funciona. Por supuesto, si se maneja con smartphone las posibilidades de mejorar su autonomía y confianza se disparan. Pero nuestro objetivo es que Social&Care lo haga todo y el usuario nada Nuestro modelo de negocio es pago por uso y ofrecemos dos canales: online para particulares y offline para organizaciones. Hay que tener en cuenta que en España existen 900 empresas de ayuda domiciliaria y estas se van a disparar en los próximos años. Queremos llegar a ellas, porque no tienen capacidad de desarrollar algo así. Por otro lado, nuestros productos tienen un fin social, y cualquier asociación de afectados puede disponer de ellos gratuitamente. Estamos para ayudar. ¿Cómo emprendedor, cuál ha sido la fase más difícil del proyecto? Lo más difícil para un startup es vender, conseguir sus primeros clientes.  En nuestro caso, hemos contado con la ayuda del IAF con el programa de emprendimiento social, la financiacíon de Sodiar (sociedad para el desarrollo Industrial de Aragón) y el apoyo decidido de Ibercaja, que nos ayudó cuando todo el mundo nos cerraba las puertas. Pero nuestro caso no es la regla general. Sobrevivir a los dos primeros años de una startup es una tarea muy difícil, que genera mucha tensión y sufrimiento. A nosotros nos ha costado pero hay muchos que no lo consiguen. ¿Qué perspectivas de futuro presenta? Las nuevas tecnologías, como Internet de las Cosas (IoT), van a suponer una evolución importante en nuestros hábitos diarios en los próximos cinco años. El futuro es que todo esté conectado: el coche, la casa o la ciudad. Smart City o ciudad inteligente, optimiza el consumo (agua, energía,…), el tráfico o los residuos, entre otros, y permite mejorar el comportamiento de la ciudad y sus servicios. Esta evolución hacia lo “inteligente” está muy bien, pero nos olvidamos que lo que realmente se modifica son nuestros hábitos diarios y no todo el mundo puede adaptarse a la misma velocidad a estos cambios. Tenemos que salir al paso de las personas que no se pueden conseguirlo, para que aprendan: es necesario crear un canal ente la ciudad y la persona para que sean amigables. Social&Care aporta una nueva visión centrada en el ciudadano para ofrecerle un servicio a la medida, evolucionando programas como la teleasistencia, porque esta no cubre todas las necesidades. Es un servicio que necesita una evolución. En Zaragoza, sólo el 7% de las llamadas recibidas son por emergencias, el 93% restante es por otros motivos, de las que el 23% se realizan únicamente para hablar. Nosotros defendemos que la IA es imprescindible para optimizar el servicio y la atención y reducir costes. ¿Algún ejemplo? Por ejemplo, los chatsbots, que son capaces de tratar a alguien como un humano e identificar qué necesita. Si es una emergencia o necesidad de conversación pueden derivar la llamada a personal específico de forma automática. Por otro lado, la teleasistencia nació como un servicio domiciliario pero la mayoría de las personas que necesitan ayuda salen de casa. Social&Care aprende los hábitos tanto en casa como fuera y se adapta a las necesidades de cada persona. Esto es así porque la IA toma las decisiones de lo que necesita una persona, sin que esta tenga que intervenir. Nuestro objetivo es que Social&Care Smart City sea el canal de comunicación bidireccional entre ciudad y ciudadano diseñado para personas con discapacidad o edad avanzada. Integra los servicios actuales dotándoles de inteligencia y ubicuidad para que nos informe en todo momento de lo que hacen nuestros seres queridos y enseñe a la ciudad los datos de cómo se mueven las personas mayores con discapacidad para que puedan diseñar planes adaptados de movilidad y servicios accesibles.