Por lo demás, la imagen no ha cambiado, seguimos en un entorno de tipos de interés extremadamente bajos, al que ahora, reconocen, se suma la divergencia en el desarrollo económico (con los emergentes perdiendo momentum) y en las políticas monetarias (con la Fed subiendo tipos y el BCE y el Banco de Japón comprometidos con […]
Dirigentes Digital
| 26 ene 2016
Por lo demás, la imagen no ha cambiado, seguimos en un entorno de tipos de interés extremadamente bajos, al que ahora, reconocen, se suma la divergencia en el desarrollo económico (con los emergentes perdiendo momentum) y en las políticas monetarias (con la Fed subiendo tipos y el BCE y el Banco de Japón comprometidos con la flexibilización y no descartando nuevas medidas).
Los inversores, señala Silvia García Castaño, directora de inversiones de BNP Paribas Wealth Management, tienen que ser muy selectivos y "tendrán que asumir mayores riesgos". Con todo, dentro de un perfil conservador o defensivo aún hay un amplio abanico de oportunidades, con más "peligro" que la renta fija pura, el bono alemán, pero en las que la protección juega un papel importante para permitirnos dormir por las noches..
En concreto, la firma llama la atención sobre los bonos convertibles, a los que "les afecta el precio de la acción, la volatilidad, la duración y el diferencial de crédito, y estamos muy positivos en estos cuatro factores", y el high yield, que ha sufrido un duro golpe ante el hundimiento de las commodities, especialmente el estadounidense, pero que presenta rentabilidades atractivas, al tiempo que su corta duración de limita el riesgo de tipos, mientras el entorno de crecimiento y balances sólidos, limita el de crédito. La preferencia es por Europa y "a través de fondos de inversión con el fin de beneficiarse de una adecuada diversificación".
Dentro de la renta variable buscan la generación de ingresos estables a través de empresas con dividendos crecientes (líderes que puedan incrementar su pay out porque cuentan con el flujo de caja necesario) y REITs (sociedades inmobiliarias) a nivel global, pero sobre todo Asia (Japón) y Europa. Finalmente, otra alternativa puede ser la gestión flexible y, dentro de la misma, las estrategias long/short equity y global macro, y los productos estructurados, diferentes formas de apostar con un riesgo mejor en entornos volátiles como el actual y también con una menor sensibilidad a los tipos. Ahora bien, añade García Castaño, siempre buscando fondos consolidados, con un track record probado y líquidos.
Ahora bien, si el perfil del inversor es más dinámico y equilibrado, hay oportunidad en la compra de valores cíclicos y value para aprovechar la recuperación de la Zona Euro (por ejemplo el financiero); también hay valor en los emergentes, aunque es "pronto para comprar agresivamente", podemos buscar economías que se vayan a beneficiar de la caída de las materias primas, y países con estabilidad política (con posibilidad de acometer reformas y de ofrecer un entorno regulatorio sólido y estable). "Hablamos del norte de Asia e India", destaca, añadiendo que "el punto más bajo está cada vez más cerca y hay mucho valor en otros emergentes también". Y no podemos olvidarnos de Japón, aunque su crecimiento no es como para tirar cohetes, las reformas implementadas, las empresas altamente especializadas con las que cuenta, la mejora de los beneficios empresariales y el consumo, así como las exportaciones (ante la debilidad del yen), combinados con el respaldo de las autoridades "y un PER aproximado de 13 es una oportunidad para tener en cartera y diversificar las apuestas que tenemos en Europa", afirma.
Para finalizar, desde un punto de vista sectorial, la entidad prima innovación digital, pues la "tecnología permite el acceso a un crecimiento superior a la media, tener poder fijación de precios y reducir sensibilidad a ciclo económico"; estamos hablando de segmentos nuevos como robótica o medicina a distancia, se trata de encontrar compañías que cuenten con una tecnología propia y diferencial respecto a competidores, pueden ser pequeñas, y lo haríamos muy diversificadamente".
Asimismo, llaman la atención sobre las compañías capaces de sobrevivir a lo que denominan "la economía Uber", por su irrupción en la industria del transporte. Esto es, "capaces de mantener o aumentar sus precios debido a que cuentan con barreras de entrada lo suficientemente fuertes como para disuadir a nuevos competidores. Los blue chips tecnológicos o sectores como el farmacéutico, bienes de lujo o consumo básico alternativo ofrecen atractivas oportunidades en este sentido".
Y también por empresas en transformación (se trata de encontrar firmas que en cualquier tipo de entorno o sector se adapten a todos lo cambios, pueden ser defensivas, historias de reestructuración en sectores complicados; o expansivas por mejora del negocio, otra actividad u otro nicho) y valores socialmente responsables ("tecnologías y fuentes energéticas menos contaminantes, hay muchos nichos donde encontrar crecimiento a largo plazo, donde los gobiernos va a apoyar estas iniciativas, y buenas ideas en renovables, almacenamiento, eficiencia energética o nuevos combustibles").