En definitiva, nos encontramos en un entorno "gradualmente positivo, pero complicado". En esta "dificultad" entra la nueva directiva de recuperación y resolución bancaria (BRRD por sus siglas en inglés), que reduce el apoyo gubernamental a la banca y establece que, a partir de 2016 (ya en Alemania, Austria y Reino Unido), habrá que "acudir" (bail-in) […]
Dirigentes Digital
| 18 jun 2015
En definitiva, nos encontramos en un entorno "gradualmente positivo, pero complicado". En esta "dificultad" entra la nueva directiva de recuperación y resolución bancaria (BRRD por sus siglas en inglés), que reduce el apoyo gubernamental a la banca y establece que, a partir de 2016 (ya en Alemania, Austria y Reino Unido), habrá que "acudir" (bail-in) a un 8% del capital propio y de los pasivos elegibles para hacer frente a las pérdidas antes que al contribuyente.
Ahora bien, aunque "sale" el respaldo estatal, S&P "tranquiliza" e incluye en sus calificaciones nuevos criterios, nuevos instrumentos (por ejemplo, deuda subordinada no perpetua, con vencimiento), que, en momentos de resolución, serán capaces de proteger a la senior y, por ende, mitigar las posibles rebajas de rating que puedan sufrir las entidades.
En el caso de España, sólo son cuatro las "notas" de los bancos que se benefician del apoyo gubernamental: Banco Sabadell, Bankia, Abanca y Banco Popular. En el caso de los tres últimos, explica Elena Iparraguirre, la propia fortaleza intrínseca mantiene su perspectiva estable, mientras que en el caso del banco catalán, ésta no es capaz de compensar la desaparición del respaldo estatal y su perspectiva es negativa, por lo que su calificación podría ser rebajada.
Con todo, esta experta considera que el mensaje para la banca española es positivo, pues tenemos mayor crecimiento del esperado, y las compras masivas de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE) están surtiendo efecto (bajos tipos y euro débil).
Al mismo tiempo, la corrección del mercado inmobiliario ha terminado, la actividad se ha incrementado, aunque eso sí, todo desde niveles muy moderados. Por otra parte, las provisiones van a seguir cayendo, hasta alcanzar un nivel normalizado en 2016. En este contexto, el presente ejercicio va a ser fácil en la generación de ingresos, aunque esto será más complicado el próximo año, aunque, al final, prevén niveles de beneficio neto positivos y crecientes.
Ahora bien, matiza, debemos ser conscientes que nos encontramos en un proceso de mejora muy gradual. La economía crece, pero la actividad se encuentra muy por debajo de los niveles pre-crisis, el desempleo es aún muy elevado, y también los niveles de deuda pública (y esto limita la flexibilidad del Gobierno a la hora de aplicar políticas fiscales orientadas al crecimiento). La recuperación del mercado inmobiliario será modesta y, además, "para cerca de la mitad de los bancos que calificamos, es capital sigue siendo una fuente de debilidad".