Más llamativo es que el índice Ftse 250, formado por valores ingleses de mediana capitalización, mucho más orientados al mercado doméstico que al internacional (se benefician poco o nada de la caída de la libra), está prácticamente estable desde principios de año, a pesar de que la economía de Reino Unido podría sufrir una recesión […]
Dirigentes Digital
| 05 ago 2016
Más llamativo es que el índice Ftse 250, formado por valores ingleses de mediana capitalización, mucho más orientados al mercado doméstico que al internacional (se benefician poco o nada de la caída de la libra), está prácticamente estable desde principios de año, a pesar de que la economía de Reino Unido podría sufrir una recesión próximamente.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que las políticas monetarias ultra acomodaticias están distorsionando los comportamientos financieros. En efecto, según diversos estudios, realizados en los últimos meses, los inversores internacionales han reequilibrado su sobreponderación de acciones europeas hacia otras zonas y han cambiado de enfoque después de la votación, lo que demuestra más cautela hacia lo local, pero no una desconfianza generalizada. Es decir, las consecuencias negativas del Brexit fueron ignoradas en parte, quizá por la falta de efectos inmediatos tras la votación, porque los fenómenos políticos son con frecuencia mal comprendidos por los mercados, o bien porque las políticas monetarias ultra acomodaticias distorsionan los comportamientos financieros.
En este sentido, la impresionante recuperación que registraron las Bolsas en julio no ha sido infundada. La buena evolución de los sectores cíclicos muestra que los mercados han recibido de forma positiva los signos de recuperación de la economía americana. Por otra parte, la cuestión relativa a una futura flexibilización por parte del Banco de Inglaterra y del de Japón (algunos apuntan medidas radicales) parece convencer a los inversores de que la Fed no subirá prácticamente los tipos y que el resto de bancos centrales (incluido el BCE) flexibilizarán aún más su política.
Con todo, las perspectivas a medio plazo apuntan a una mayor cautela. A partir de ahora los mercados de acciones registrarán unas valoraciones que, sin ser inadecuadas, rozarán el límite de la zona de normalidad. Por su parte, los mercados de deuda están ofreciendo rendimientos particularmente bajos, que se escapan del marco de la racionalidad económica, por lo que dependen más de la acción conjunta de los bancos centrales. El crecimiento económico debería continuar a un ritmo razonable, pero sin excesos. Por tanto, a priori, todo apunta a que el escenario económico-financiero seguirá siendo relativamente favorable para los activos de riesgo.
Teniendo en cuenta este entorno, hemos reducido un poco el riesgo en nuestras carteras, recortando la sobreponderación en obligaciones high yield y, por motivos tácticos, la infraponderación en la deuda del Tesoro americano. Las próximas semanas serán más tácticas. Por ahora, seguimos sobreponderando ligeramente las acciones en general y en particular las de la zona euro.
Benjamin Melman, director de asignación de activos y de deuda soberana en Edmond de Rothschild AM (France).