El índice de Competitividad de Viajes y Turismo 2015 del Foro Económico Mundial (FEM) sitúa a España por primera vez como líder. El informe clasifica 141 países del mundo y los puntúa respecto a 14 aspectos. Así analiza sus diferentes atractivos, su forma de atraer turistas y cómo este sector beneficia a la sociedad. Para […]
Dirigentes Digital
| 07 may 2015
El índice de Competitividad de Viajes y Turismo 2015 del Foro Económico Mundial (FEM) sitúa a España por primera vez como líder. El informe clasifica 141 países del mundo y los puntúa respecto a 14 aspectos. Así analiza sus diferentes atractivos, su forma de atraer turistas y cómo este sector beneficia a la sociedad.
Para la institución, con sede en Ginebra, lo que ha elevado a España a la cabeza de países más atractivos ha sido especialmente sus recursos culturales. En este apartado España logra la máxima nota.
Una puntuación que contrasta con el modelo de turismo que ‘vende’ España. El sol y playa ha sido tradicionalmente, y continúa siéndo, el principal atractivo del sector. Aunque se habla repetidamente de la necesidad de cambio de parámetros, a pesar de los intentos de apostar por el turismo cultural o de interior, lo cierto es que las comunidades autónomas que lideran las llegadas de visitantes son las de costa.
España es el tercer país más visitado del mundo, y este año, por primera vez, supera a Francia y Alemania, que se sitúan en segundo y tercer lugar respectivamente, como el país más atractivo y competitivo para atraer turistas, según este índice.
En los dos últimos años, España ha sobrepasado máximos de llegadas de turistas. Sin embargo, este volumen tiene varias interpretaciones. Por un lado, al hablar del gasto turístico es cierto que esta partida aumenta. Pero si se baja al detalle no aumenta porque los turistas gasten más sino porque vienen más. En este sentido, en 2014 el gasto medio de los turistas se redujo frente al ejercicio anterior.
Medalla de plata en infraestructuras
Entre los puntos positivos que han hecho escalar a España hasta la primera posición de la clasificación se encuentran las infraestructuras, que le llevan a situarse en este apartado en el segundo puesto mundial. Por categorías, España se sitúa en la cuarta posición al hablar de infraestructuras turísticas, décima en las infraestructuras portuarias y duodécima en las aeroportuarias.
Unas infraestructuras que le llevan a situarse en la parte alta de la tabla, pero en una clasificación donde no se tiene en cuenta el gasto que supuso su construcción, el retorno de la inversión y en caso de que fuera positiva, la rentabilidad de la misma.
Entre las partidas que el estudio critica se encuentra la política de precios, que se sitúa en una de las peores del mundo, en la posición 105 de 141. Asimismo, el FEM sitúa a España en la posición 100 de 141 respecto al ambiente empresarial, criticando las trabas burocráticas para establecer un negocio, las rígidas leyes laborales y las dificultades para obtener permisos de construcción.