Tras la caída de agosto, los mercados han mantenido la tendencia bajista. Los inversores aún temen una marcada desaceleración de la economía mundial provocada por el brusco retroceso de los mercados emergentes encabezados por China. Además, la decisión de la Reserva Federal de aplazar la subida de los tipos de interés fue otro motivo de […]
Dirigentes Digital
| 28 oct 2015
Tras la caída de agosto, los mercados han mantenido la tendencia bajista. Los inversores aún temen una marcada desaceleración de la economía mundial provocada por el brusco retroceso de los mercados emergentes encabezados por China. Además, la decisión de la Reserva Federal de aplazar la subida de los tipos de interés fue otro motivo de preocupación, aunque ahora parece probable que la primera subida puede tener lugar antes de que termine el año. En Europa, el sector del automóvil se ha visto especialmente castigado tras revelarse la manipulación de los datos de emisiones de los motores diésel por Volkswagen. Tras la euforia de la primavera, la mayoría de los índices europeos reflejan pérdidas en el conjunto del año. Sin embargo, la Zona Euro es la única región en la que las perspectivas de crecimiento económico han mejorado en 2015. Por el momento, las empresas europeas no están rebajando sus previsiones, salvo en ciertos sectores específicos (petróleo).
En nuestra opinión, el crecimiento estimado del PIB de la Zona Euro del 1,5% en 2015 parece asequible, y podría acercarse al 2% en 2016. Apenas hace unos meses, muchos observadores dudaban de la recuperación del crecimiento europeo. Y ahora Europa está creciendo mientras que las previsiones económicas mundiales se están revisando a la baja, principalmente debido a la desaceleración de los mercados emergentes, sobre todo China, Brasil y Rusia. En cuanto a Estados Unidos, el crecimiento económico probablemente tendrá un límite cercano al 2,5%.
Momentum económico favorable
¿Cómo es posible? Existen tres razones principales. En primer lugar, cabe esperar que el BCE mantenga su política ultra-expansiva al menos hasta finales de 2016, mientras que la Fed endurecerá su política monetaria, aunque sus comentarios se vuelven cada vez más ambiguos. En segundo lugar, la depreciación del euro: con gran mérito, el BCE ha conseguido debilitar a la moneda única, en beneficio principalmente de una región que, en su mayor parte, es exportadora neta. En tercer lugar, los precios de las materias primas han bajado. La Zona Euro, que es un productor menor, es una de las principales beneficiarias de la caída del precio del petróleo y los recursos básicos en general.
La mejora del clima económico es perceptible en los índices PMI, que están en máximos de los últimos cuatro años. Además, parece que la recuperación económica será duradera, ya que también ha aumentado el nivel de endeudamiento. La inversión en productividad es la única preocupación, pues su recuperación parece lenta: el exceso de capacidad industrial mundial sigue siendo elevado y cabe esperar que las empresas asignen su capacidad de financiación al crecimiento exterior y no a la inversión en bienes de equipo. Asimismo, las altas primas ofrecidas en recientes ofertas de adquisición o potenciales operaciones, como las de XPO Logistics por Norbert Dentressangle, Fnac por Darty o Heidelberg por Italcementi, reflejan el dinamismo del mercado de fusiones y adquisiciones.
Es cierto que, en los últimos meses, la mejora de los fundamentales de la Zona Euro se ha visto eclipsada por la situación de Grecia. Sin embargo, la solución provisional permitirá a los inversores ser más conscientes del potencial económico de la región.
Una agradable sorpresa para los beneficios empresariales
Todos estos factores son un buen augurio para los beneficios empresariales. Por primera vez en cinco años, los beneficios baten en general a las previsiones.
Ahora, el reto para las empresas europeas será reducir progresivamente la brecha de rentabilidad con sus pares estadounidenses. En 2014, la rentabilidad de los recursos propios fue del 9% en las empresas del Euro Stoxx en comparación con el 16% del S&P 500. Cualquier repunte adicional del mercado dependerá del fuerte crecimiento de los beneficios en Europa, mientras que esperamos una contracción al otro lado del Atlántico.
La renta variable sigue siendo la clase de activo preferida
Sin duda, la mejora de los fundamentales se vio eclipsada por la situación de Grecia en la primavera y la desaceleración de la economía china este verano, que provocaron un alto nivel de turbulencia en los mercados. Y el escándalo Volkswagen ha sido una nueva causa de volatilidad en un sector importante para la recuperación europea. La caótica cobertura mediática de este tema en este momento dificulta el análisis de su impacto sobre la confianza de los consumidores y el sector del automóvil en general. Por el momento, la moral y la confianza de los líderes empresariales parecen mantenerse, como ilustran los indicadores italianos y franceses más recientes.
Pese a los motivos de preocupación de los inversores, en ocasiones legítimos, la renta variable europea sin duda sigue siendo una de las mejores clases de activos mundiales, en términos relativos, y la corrección de las últimas semanas ofrece una oportunidad de inversión a largo plazo. Por lo tanto, mantenemos nuestra convicción: aumentar la ponderación en renta variable de la Zona Euro centrando las inversiones en empresas predominantemente domésticas.
Jean-Charles Mériaux, CIO de DNCA Investments (gestora recientemente afiliada a Natixis Global AM).