Desde la Fed, al BCE, pasando por el BoJ o el PBoC, se alude a la "fortaleza" o la positiva evolución de la actividad, advirtiendo al mismo tiempo que los riesgos están sesgados a las baja, destacando, no obstante, que sin la ‘entrada en escena’ de las políticas ultra-acomodaticias la situación sería mucho peor. ‘Una […]
Dirigentes Digital
| 12 abr 2016
Desde la Fed, al BCE, pasando por el BoJ o el PBoC, se alude a la "fortaleza" o la positiva evolución de la actividad, advirtiendo al mismo tiempo que los riesgos están sesgados a las baja, destacando, no obstante, que sin la ‘entrada en escena’ de las políticas ultra-acomodaticias la situación sería mucho peor.
‘Una de cal y otra de arena’ en la búsqueda de la difícil ‘receta’ que repare el daño causado por la crisis de 2008, que nos ha dejado medidas que nunca habríamos esperado y mantiene la ‘puerta abierta’ a otras más extremas, sin descartar ya el ‘dinero helicóptero’.
Así, por ejemplo, desde Citi señalan que podemos escuchar a las autoridades monetarias decir que "es imprescindible luchar contra el riesgo de deflación", "más tarde o más temprano la inflación va a aumentar"; "la política monetaria expansiva plantea riesgos a medio y largo plazo", "aún hay margen para ampliarla", "la política monetaria no es efectiva", "la política monetaria sigue siendo efectiva", "la política monetaria es necesaria, pero no suficiente"; "no hay burbujas de precios en los mercados", "vigilamos la existencia de excesos"…
Si nos centramos en el caso concreto del Banco Central Europeo (BCE), se sigue esperando que de ‘más pasos al frente’ e implemente más estímulos, sin embargo, cada vez son más las ‘voces’ entre los expertos que se suman a la ‘plegaria’ de su presidente, Mario Draghi, sobre la necesidad de "reformas estructurales dirigidas esencialmente a fomentar la inversión pública y reducir los impuestos".
Para Bruno Colmant, head of macro research de Degroof Petercam, las medidas adoptadas por la autoridad monetaria de la Zona Euro "han permitido aportar liquidez a los circuitos monetarios", pero, "este modelo de refinanciación de la deuda quizás no conduzca al resultado deseado de inyectar dinero a la economía productiva, ya que la moneda sigue un trayecto público (a través del redescuento de la deuda pública). Por otra parte, la creación monetaria queda estancada en los balances bancarios sin transmitirse con rapidez suficiente a la economía productiva en forma de créditos".
Efectivamente, explica, "la economía es víctima de una crisis de la demanda: el consumo y la inversión no bastan para generar demanda de crédito. ¿Por qué es insuficiente esta demanda? No es una algo fácil de explicar. Intervienen factores diversos en proporciones difícilmente discernibles: el envejecimiento de la población, la revolución digital, el adelgazamiento de la clase media y el empobrecimiento de una parte creciente de nuestras comunidades europeas, la desigualdad de las rentas, etcétera. Además, la flexibilización cuantitativa europea es, por naturaleza, menos eficaz que la puesta en marcha por la Reserva Federal (Fed), donde organismos públicos y empresas acuden directamente a los mercados para financiarse, sin someterse a los balances de la banca".
Con todo, este estratega considera que el "BCE debe continuar inyectando dinero. Podemos intuir que la institución reducirá más, si cabe, los tipos de interés y prolongará la creación de moneda de un modo decreciente hasta más allá del mes de marzo de 2017". Pero, al mismo tiempo, afirma tajante: "Es imprescindible una nueva política monetaria", para lo que "sería recomendable suspender (o adecuar según el país) el Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento, y autorizar un estímulo presupuestario más significativo, sobre todo porque los Estados se financian a tipos negativos".
Por su parte, desde Capital Economics añaden: "El BCE parece estar tratando de encontrar un equilibrio entre mantener la ‘puerta abierta’ a nuevos estímulos y hacer hincapié en las limitaciones de la política monetaria para presionar a los Gobiernos en la adopción de medidas que fomenten el crecimiento". Ahora bien, advierten, "existe el peligro de que estos mensajes caigan en ‘saco roto’".
Prevén que Draghi, finalmente, tendrá que dejar sus ‘reservas’ a un lado y seguir implementando políticas acomodaticias, ampliando más su QE, pero "está claro que la política monetaria por sí sola no puede resolver todos los problemas de la Zona Euro".