Para 2050, la Unión Europa se ha propuesto reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) entre un 80 y un 95%. Para lograrlo, es clave poner el foco en el sector del transporte, que supone cerca del 25% de las emisiones totales que realiza la Unión Europea según datos de la Asociación Europa […]
Dirigentes Digital
| 12 abr 2017
Para 2050, la Unión Europa se ha propuesto reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) entre un 80 y un 95%. Para lograrlo, es clave poner el foco en el sector del transporte, que supone cerca del 25% de las emisiones totales que realiza la Unión Europea según datos de la Asociación Europa del Medio Ambiente (AEMA) de 2014. En España, el transporte supuso el 24% de las emisiones en 2014, según el informe “Un modelo de transporte descarbonizado para España en 2050” de Deloitte. En 2011, el Libro Blanco del Transporte se fijó el objetivo de que las emisiones solo crecieran un 8% en 2030 en comparación con 1990, y que en 2050 estas se redujeran en un -60%. Sin embargo, para Deloitte “las políticas actuales de reducción de emisiones en el transporte no garantizan la consecución de los objetivos a 2030”. Gran parte de la lucha por reducir las emisiones de GEI pasarán por el transporte terrestre. En 2014 el transporte emitió 80 toneladas métricas de CO2, la unidad que se utiliza para medir las emisiones contaminantes. Y, de esta cifra, el 94% fue producido por el transporte terrestre de pasajeros y mercancías. En la UE el transporte por carretera supone casi el 75% de la energía utilizada por el transporte. En Europa, la red transeuropea de transporte (sin contar carreteras y líneas ferroviarias secundarias) está formada por más de 138.000 kilómetros (km) de líneas ferroviarias y 136.700 km de carreteras. Las estimaciones de la Comisión Europea, en 2050 el transporte de pasajeros se habrá incrementado más de un 50% y el transporte de mercancías, más de un 80% en comparación con los niveles de 2013. Debido a la importancia que cobra el transporte por carretera el papel del automóvil es primordial para conseguir los objetivos de descarbonización. En Europa occidental, según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), el 49,5% de los vehículos vendidos a particulares en 2016 fueron diésel, y el 45,8% fueron gasolina. En España, la cifra de vehículos diésel escala hasta el 56,9%. La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) cree que las medidas aplicadas a reducir el impacto negativo del transporte se enfocan en el principio de “el que contamina, paga”. Sin embargo, cree que el precio que pagan los usuarios por los servicios de transporte “no da una imagen fiel del coste total que suponen para el medio ambiente y para la salud pública”. A este respecto, pone el ejemplo de ciertas subvenciones que pueden ayudar a revertir esos precios, como las ayudas al transporte público. Pero también hablan del tratamiento fiscal diferenciado entre la gasolina y el gasoil como uno de los subsidios que inciden negativamente en el medio ambiente y que ya analizó DIRIGENTES en este artículo. Cómo proceder Para cumplir con los objetivos europeos, España deberá reducir las 80MtCO2 que emitió en 2014 hasta los 52-54 en 2030 y 5-8MtCO2 en 2050. Para ello, Deloitte cree se necesitaría una inversión anual de entre 1.100 y 2.000 millones de euros hasta 2030 en incentivos para la compra de coches eléctricos, para instalar infraestructuras de recarga o para mejorar la industria de infraestructura ferroviaria para impulsar el ferrocarril de mercancías. Los objetivos que la consultora cree que son imprescindibles son: – Conseguir la electrificación del transporte de pasajeros. En 2030 consideran que en torno al 25% del parque de coches debería ser eléctrico, y para 2050, más del 90%. En total, entre 1,6 y 2 millones de coches eléctricos. Además, la consultora cree que no debería venderse ningún vehículo con motor de combustión interna para 2040. Y que la flota de autobuses debería ser entre un 30 y un 35% eléctrica antes de 2030, y prácticamente el 100% en 2050. – El cambio modal a ferrocarril y la electrificación del transporte de mercancías. En 2030, el 15-20% de las mercancías deberían transportarse por ferrocarril eléctrico. Para 2050, debería suponer el 35-40%.