Los presupuestos de la Unión Europea (UE) para el sexenio 2021-2027 deberán contar con una mayor aportación económica de los estados miembros. Así lo ha anunciado este lunes el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, durante una conferencia en Bruselas. Ante varios comisarios comunitarios y ministros de Finanzas de la UE, Juncker ha […]
Dirigentes Digital
| 09 ene 2018
Los presupuestos de la Unión Europea (UE) para el sexenio 2021-2027 deberán contar con una mayor aportación económica de los estados miembros. Así lo ha anunciado este lunes el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, durante una conferencia en Bruselas. Ante varios comisarios comunitarios y ministros de Finanzas de la UE, Juncker ha señalado que el próximo presupuesto europeo, el primero sin la aportación de Reino Unido tras su salida de la Unión en 2019, deberá contar con una participación superior al 1 % del PIB que actualmente aporta cada uno de los 27 miembros. La Comisión está preparando ya su primera propuesta para ese presupuesto comunitario, que se dará a conocer en mayo. La meta del Ejecutivo comunitario es alcanzar un acuerdo con los estados miembros antes de las próximas elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán en el primer trimestre de 2019. En la reunión de Bruselas, el comisario europeo de Presupuesto, el alemán Günther Oettinger, ha cifrado en hasta 13.000 millones de euros anuales las pérdidas presupuestarias derivadas del Brexit, lo que obligará a un mayor esfuerzo de los demás miembros de la UE. Juncker ha apostado por mantener las prioridades de gasto actuales pese al recorte de financiación que supone el Brexit. Entre ellas, ha incluido las de defensa, seguridad interior, empleo y políticas migratorias, al tiempo que descartó recortes de calado en políticas de cohesión o en la Política Agraria Común (PAC). De este modo, las partidas presupuestarias que podrían sufrir más recortes son las referidas a las eurorregiones y las ayudas a la agricultura, mientras que se ha garantizado que las subvenciones a la I+D y el programa universitario Erasmus serán las únicas exentas de recortes. Tanto Juncker como Oettinger han especulado con incrementar la participación de cada estado en el presupuesto de la UE en una o dos décimas porcentuales, descartando que los 27 deban acometer grandes desembolsos para mantener la estructura comunitaria y sus planes. Por su parte, el nuevo presidente del Eurogrupo y ministro portugués de Finanzas, Mario Centeno, ha apostado por consensuar un presupuesto “a la altura de los desafíos comunes”. En su primera aparición pública tras su elección, Centeno ha abogado por que la UE se financie a través de actividades de competencia compartida con los estados.
Las declaraciones de Juncker significan el fin definitivo del estatus de beneficiario neto de subvenciones europeas para España. De hecho, ya debería ser contribuyente neto al presupuesto comunitario desde 2014, pero el elevado paro en España motivó una prórroga de las ayudas al desempleo juvenil que se agotará en 2021.
En el sexenio 2014-2020, España figura en el presupuesto europeo como perceptora de un total de 15.000 millones de euros en ayudas de la UE. En el próximo periodo, el país ya se habrá convertido en la tercera economía comunitaria y deberá asumir una aportación superior a 1.100 millones de euros, el 1% de su PIB.
Además, si se cumplen los aspiraciones de Jean-Claude Juncker, el impacto del nuevo presupuesto comunitario será aún más negativo para España, ya que su aportación deberá incrementarse una o dos décimas y verá reducirse las ayudas europeas que más le favorecen, las regionales y agrícolas.