El Fondo Monetario Internacional (FMI) se muestra optimista: “La recuperación cíclica continúa”. Los últimos datos de crecimiento del primer trimestre del año han arrojado mejores cifras de las esperadas por el organismo, especialmente en economías emergentes como Brasil, China o México, y en otras avanzadas, como España, Alemania o Francia. Previsiones para 2017 y 2018 […]
Dirigentes Digital
| 24 jul 2017
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se muestra optimista: “La recuperación cíclica continúa”. Los últimos datos de crecimiento del primer trimestre del año han arrojado mejores cifras de las esperadas por el organismo, especialmente en economías emergentes como Brasil, China o México, y en otras avanzadas, como España, Alemania o Francia. Previsiones para 2017 y 2018 Sus últimas estimaciones apuntan a que la economía mundial creció un 3,2% en 2016. Para este año en curso, el FMI estima un crecimiento mundial del 3,5% y que tanto las economías emergentes como las avanzadas seguirán acelerando, hasta alcanzar crecimientos del 4,6% y del 2%, respectivamente. Para 2018, las previsiones apuntan a un crecimiento del 1,9% para las economías avanzadas y del 4,8% para las emergentes. En total, el año próximo la economía mundial crecerá al 3,6%. En las economías avanzadas, el FMI ha rebajado sus previsiones en algunos casos, como el estadounidense o el británico. En Estados Unidos, pronostican un crecimiento del 2,1% en 2017 (frente al 2,3% anterior) y del 2,1% en 2018 (frente al 2,5%). Para rebajar estas expectativas, el FMI alude a la política fiscal, que “no será tan expansiva como se había pensado, teniendo en cuenta la incertidumbre que rodea los plazos y la naturaleza de la recalibración de dicha política”. En el caso británico también se han rebajado las previsiones (al 1,7% en 2017 frente al 2%) “ya que la actividad defraudó las expectativas en el primer trimestre”. Sin embargo, en el otro extremo de las economías avanzadas se han situado países como Alemania, España, Francia, Italia o Canadá donde el crecimiento del primer trimestre ha sido mejor de lo esperado. Frente a su estimación de abril de que España crecería al 2,6% en 2017, el FMI cree ahora que lo hará el 3,1% en 2017 y al 2,4% en 2018. Así, será la economía avanzada que más crecerá este año y el próximo. China crecerá al 6,7% en 2017 Las economías emergentes crecerán al 4,6% en 2017 y al 4,8% en 2018, ligeramente por encima de lo que el FMI preveía en abril. En concreto, el organismo cree que China mantendrá el crecimiento en el 6,7% en 2017 y se frenará en 2018 hasta el 6,4%. En cuanto a América Latina, el FMI cree que la actividad economía “irá recuperándose poco a poco en 2017-18” según se vayan recuperando Argentina y Brasil. Para la región las previsiones apuntan a un crecimiento del 1% en 2017 gracias a que Brasil volverá a la senda positiva con una expansión ligera del 0,3%, aunque ya del 1,3% en 2018. Las previsiones para México son más optimistas, del 1,9% para 2017 frente al 1,7% inicial. Sin embargo, para el resto de la región el FMI ha revisado sus pronósticos a la baja “incluido un nuevo deterioro de las condiciones en Venezuela”. Riesgos En Estados Unidos, el FMI señala la reforma fiscal como el principal foco de incertidumbre. Ella traducirse en un aumento del producto y la demanda superior al esperado, o bien lo opuesto si se llevara a cabo la consolidación basada en el gasto que propone el presupuesto del actual gobierno. Igualmente, el FMI se refiere también al retroceso de los precios de las materias primas que, de mantenerse, “exacerbaría más las tensiones macroeconómicas y complicaría las necesidades de ajuste en muchos exportadores de materias primas”. A su vez, el organismo también señala como focos de incertidumbre las negociaciones sobre el Brexit, que “podría minar la confianza, desalentar la inversión privada y debilitar el crecimiento”. El FMI también se ha referido al auge del proteccionismo como uno de los mayores riesgos para sus previsiones de crecimiento. “Esa postura podría trastocar las cadenas internacionales de suministro, reducir la productividad mundial y encarecer los bienes de consumo transables, perjudicando desproporcionalmente a los hogares de bajo ingreso”.