Ayer asistimos a una sesión de tomas de beneficios en los mercados de valores europeos continentales, en los que los valores que más han subido recientemente, entre ellos los bancos, fueron los más castigados. De estas caídas generalizadas de los principales índices europeos se desmarcó el Ftse 100 británico, gracias al buen comportamiento de los […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Ayer asistimos a una sesión de tomas de beneficios en los mercados de valores europeos continentales, en los que los valores que más han subido recientemente, entre ellos los bancos, fueron los más castigados. De estas caídas generalizadas de los principales índices europeos se desmarcó el Ftse 100 británico, gracias al buen comportamiento de los valores relacionados con el petróleo y con otras materias primas, que se vieron favorecidos por el repunte de los precios de las mismas tras la caída experimentada durante la jornada por el dólar estadounidense. También se pudieron apreciar algunas realizaciones en los mercados de bonos soberanos periféricos en los que, al igual que ocurrió con los mercados de renta variable, la "crisis griega" pesó por primera vez en muchos días. Así, los rumores difundidos por la prensa británica de que Grecia estaría preparando la suspensión de pagos, al ser incapaz de alcanzar un acuerdo con sus socios y/ acreedores, rumores que fueron posteriormente desmentidos por el Ejecutivo heleno, lastraron desde por la mañana el comportamiento de estos mercados. Independientemente de la veracidad o no de estos rumores, lo que sí quedó patente ayer por las declaraciones realizadas tanto desde la Comisión Europea como desde el Gobierno griego, es que las posturas siguen distantes y que existen "líneas rojas" que ninguna de las partes parece dispuesta a superar. En este sentido, señalar que lo único que parece claro es que el tiempo pasa sin un acuerdo y que a Grecia se le está acabando la liquidez, por lo que una potencial suspensión de pagos por parte del país no parece una idea descabellada. El problema es determinar el impacto que ésta tendrá en los mercados financieros de la Zona Euro y en su economía. Aunque consideramos que las economías de la región están en mucho mejor forma que hace unos años, además de contar con el apoyo incondicional del BCE, es inevitable que un escenario como el señalado genere incertidumbre y tensiones en los mercados financieros de la región.
Así, y con Grecia monopolizando gran parte de la atención de los inversores, la publicación de los datos de producción de febrero en la Zona Euro, que fueron mucho mejores de lo esperado, o de unos índices de inflación en España y en Italia que apuntan a que esta variable puede haber tocado fondo, pasaron bastante desapercibidos para los inversores. Tampoco tuvieron especial impacto en el comportamiento de las bolsas europeas los buenos resultados presentados ayer por JP Morgan o por Johnson & Johnson (esta última compañía revisó a la baja sus expectativas de resultados para el ejercicio por la fortaleza del dólar). Algo más de impacto, sobre todo en los mercados financieros estadounidenses, sí tuvo la publicación de las ventas minoristas de marzo en EEUU, que estuvieron por debajo de lo esperado sin tener en cuenta las ventas de automóviles. Así, y a pesar de recuperarse respecto al mes precedente, esta variable muestra que los consumidores estadounidenses siguen sin gastar el ahorro que para ellos suponen los actuales precios de los combustibles. Este hecho provocó la caída del dólar y el repunte de los precios de los bonos a lo largo de toda la curva, al descontar los inversores que las mencionadas cifras alejan de momento la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) suba sus tipos de interés en junio. En las bolsas estadounidenses el dato fue eclipsado por la recuperación de los precios del crudo, que llevan unos días subiendo por las expectativas de menores incrementos de las producciones en EEUU y que ayer se vieron, además, favorecidos por la debilidad del dólar. Así, los principales índices bursátiles estadounidenses fueron capaces de cerrar con ligeros avances, apoyados en los valores del sector de la energía. De esta corriente generalizada se desmarcó el Nasdaq Composite, índice en el que los valores de corte tecnológico pesan mucho, siendo este tipo de valores los que peor se comportaron ayer.
Hoy la atención de los inversores estará centrada en la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que se adelanta un día por las reuniones que celebrarán tanto el FMI como el Banco Mundial a finales de semana. En este sentido, reiterar que su presidente, el italiano Mario Draghi, entendemos que hará una primera valoración de los resultados del programa de compra masiva de bonos en los mercados secundarios que ha puesto en marcha la institución. Draghi deberá mostrarse esperanzado con el resultados del mismo pero no en exceso si no quiere que los inversores comiencen a descontar que el programa se dará por finalizado antes de septiembre de 2016, cuando está previsto en un principio que acabe. Además, los inversores esperan que Draghi comente la situación por la que atraviesa Grecia, siendo my factible que la prensa le pregunte sobre los posibles efectos de una hipotética suspensión de pagos del país y por la existencia de un plan si esta se produce.
Pero, además, durante la jornada se publicarán en Europa y EEUU algunas cifras macro interesantes, como son los IPCs de marzo de Alemania y Francia (lecturas finales), la producción industrial del mismo mes en EEUU y el índice adelantado de la actividad manufacturera de la región de Nueva York del mes abril, dato, este último, que servirá para comprobar si la economía estadounidense está comenzando a recuperarse tras el duro invierno, tal y como espera la mayoría de los analistas.
En el ámbito empresarial, hoy presentan sus cifras trimestrales en Wall Street Bank of America, la aerolínea Delta y la compañía de televisión por Internet Netflix. Ayer, y ya con el mercado estadounidense cerrado, publicó la fabricante de microprocesadores Intel. Sus cifras fueron flojas pero estuvieron en línea con lo esperado, por lo que fueron bien acogidas por los inversores, lo que llevó a sus acciones a subir cerca del 3% en operaciones fuera de hora.
Así, para empezar, esperamos que los mercados de valores europeos intenten recuperar parte de lo cedido ayer, aunque tanto la crisis griega como "la relativa debilidad" que viene mostrando la economía China (hoy se han publicado los datos del PIB del primer trimestre de 2015, que han mostrado el menor crecimiento de esta variable en tasa interanual en más de seis años) creemos que limitarán la capacidad de recuperación de estas bolsas, al menos en el corto plazo.
Link Securities.