Como en un déjà vu se vuelve a repetir la historia con Grecia. Incluido un referéndum encima de la mesa, como con el socialista Papandreu del PASOK. La crisis griega amenaza con trasladarse al resto de países periféricos como ya sucedió en 2012 que terminó con el rescate de Irlanda, Portugal y el auxilio financiero […]
Dirigentes Digital
| 05 jun 2015
Como en un déjà vu se vuelve a repetir la historia con Grecia. Incluido un referéndum encima de la mesa, como con el socialista Papandreu del PASOK. La crisis griega amenaza con trasladarse al resto de países periféricos como ya sucedió en 2012 que terminó con el rescate de Irlanda, Portugal y el auxilio financiero a España. El primer síntoma ya se está produciendo con un tensionamiento en el mercado de la deuda soberana. Los bonos italianos y españoles están sufriendo caídas desde que las negociaciones con Grecia entran en una fase crítica. Hoy son las que registran un mayor desplome, las primas se han disparado más de un 25%, situándose para ambos países alrededor de los 150 puntos básicos, niveles de hace un año. A primera hora, han llegado a superar los 160 puntos.
Nadie pone en duda que si Grecia termina saliendo del euro, la prima de España se volverá niveles insostenibles de 400 puntos básicos, con los consiguientes problemas y encarecimiento para financiarse en los mercados. Como en episodios anteriores, los políticos se esfuerzan en remarcar que el país no es Grecia y que la Unión Europea está preparada para afrontar un Grexit.
Lo cierto, es que desde 2012 el euro se ha dotado de nuevas herramientas para contener un contagio como por ejemplo la Unión Bancaria. Al BCE se le ha dado mayores poderes. Por un lado, tiene libertad para comprar deuda soberana directamente en el mercado con lo que podría bloquear los ataques especulativos sobre los activos de los países del sur. Con esta capacidad se presupone que Draghi podría evitar que los mercados se cierren para España, Portugal o Irlanda, como sucedió en 2012, aunque no podrá conseguir un encarecimiento en la financiación. Por otro, se han establecido procedimientos para que en caso de quiebra de entidades financieras, las más expuestas a las turbulencias del mercado, no quede expuesta las economías de los países, se resuelvan con los fondos del BCE y se corte de raíz el riesgo soberano respecto a los bancos.
Además, España se encuentra con un sistema financiero más saneado y durante estos últimos años han soltado lastre de la deuda soberana en sus balances. El ministro de Economía Luis de Guindos, asegura que la mejor situación de la banca española, la reducción del déficit público son cuestiones que blindan a España de un proceso de contagio que pueda llegar de fuera. Sin embargo, aunque la economía española ahora se encuentre en plena expansión con un ritmo de crecimiento del 4%, sigue manteniendo los mismos problemas estructurales que la situaban entre los eslabones más débiles de la crisis del euro. La deuda ha ido creciendo de forma constante. Si en 2010 para los mercados era un problema que se situara sobre el 60% del PIB, a finales de 2012 había crecido al 84% y en el último dato de marzo asciende al 98%. Son 300.000 millones más que en 2011. Por su parte, el déficit se ha ido corrigiendo desde el 10,3% de 2012 hasta el 4,2% previsto para este año, pero es insuficiente para que en los próximos años se llegue a un equilibrio presupuestario.