Un día más la nueva caída del precio del crudo, que ya se ha situado holgadamente por debajo de los 30 dólares el barril, y el temor de los inversores a una ralentización del crecimiento económico global provocaron ayer fuertes caídas en la renta variable occidental. Así, los principales índices bursátiles europeos, que se encuentran […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Un día más la nueva caída del precio del crudo, que ya se ha situado holgadamente por debajo de los 30 dólares el barril, y el temor de los inversores a una ralentización del crecimiento económico global provocaron ayer fuertes caídas en la renta variable occidental. Así, los principales índices bursátiles europeos, que se encuentran todos ellos en mercado bajista tras haber cedido más del 20% desde sus recientes máximos, cayeron con fuerza liderados por los valores energéticos y, también un día más, por los bancos. En este sentido, señalar que las dudas sobre el nivel de impagados de la banca italiana y el retraso que se está produciendo en el proceso de reestructuración y consolidación de la misma, arrastró al resto del sector europeo, que ayer sufrió un duro castigo. Estas dudas también afectaron ayer a los bonos periféricos, que vieron cómo, mientras los inversores acaparaban bonos alemanes, los cuales suelen actuar como activo refugio cuando aumenta en los mercados la aversión al riesgo, sus rentabilidades subían con fuerza, lo que provocó el aumento de las primas de resigo de estos países (la española subió 15 puntos básicos durante la jornada).
Por la tarde, la apertura fuertemente a la baja de Wall Street "dio la puntilla" a las Bolsas europeas, siempre muy condicionadas por el comportamiento de este mercado. Durante la sesión en Europa y Estados Unidos los índices rompieron a la baja importantes soportes técnicos, lo que incrementó las ventas como consecuencia de la ruptura de stop-loss y la entrada en efecto de los denominados margin calls. El volumen de contratación fue elevado en una sesión en la que por momentos se pudo vislumbrar el inicio de la capitulación de muchos inversores. La reacción al alza de última hora en Wall Street, liderada por los valores biotecnológicos y algunos pesos pesados del sector tecnológico, restó algo de dramatismo a la jornada. Aún así, el S&P 500 cerró por debajo de sus mínimos del mes de agosto, tras testar el soporte que tiene el índice en los 1.830 puntos, aproximadamente.
Es muy difícil determinar si la corrección que han experimentado los mercados de valores occidentales en las últimas semanas está o no justificada. Si nos atenemos al escenario macro que conocemos y que manejan la mayoría de analistas, esta corrección podría entenderse como un mero ajuste de estos mercados tras las fuertes alzas de los últimos años. El problema es que los inversores no ven claro, por la gran opacidad que existe en el país, la situación real por la que atraviesa la economía de China, y temen por los efectos nocivos derivados de la fuerte caída del precio del crudo: i) quiebras e impagos en el sector en Estados Unidos; ii) países productores con necesidades de deshacer fondos soberanos para cubrir sus elevados déficits fiscales; y iii) menor demanda de bienes y servicios por parte de estos mismos países, que puede afectar a los exportadores europeos y estadounidenses. Además, está el hecho de que, si las Bolsas continúan bajando y no rebotan en las próximas semanas, pueden por sí mismas impactar muy negativamente en el crecimiento económico de los países desarrollados por el impacto negativo de estos descensos en el denominado "efecto riqueza". Sería el típico caso de "profecía autocumplida".
Más a corto, el comportamiento del precio del crudo seguirá siendo el principal factor que "moverá" los mercados, tal y como ha ocurrido esta madrugada en las Bolsas asiáticas que comenzaron la jornada al alza, animadas por el repunte de esta variable y que, tras girar la misma a la baja, han cerrado con pérdidas. En principio, y salvo que el precio del crudo vuelva a caer con fuerza, esperamos que la sesión en Europa empiece ligeramente al alza, estabilizándose los índices a los niveles actuales. Posteriormente, toda la atención de los inversores se centrará en la reunión que mantiene hoy el Consejo de Gobierno del BCE, en la que discutirá su política monetaria. En principio no se esperan novedades en materia de tipos ni en relación al programa de compra de activos en los mercados secundarios. Sí se espera con cierta ansiedad que su presidente, el italiano Draghi, se pronuncie sobre los recientes acontecimientos en los mercados financieros internacionales y sobre el impacto que en las expectativas de inflación de la institución ha provocado el reciente desplome del precio del crudo. Si Draghi, como ya ha hecho en otras ocasiones, es capaz de lanzar un mensaje optimista al mercado, asegurando que el BCE tiene todavía "munición" para combatir la baja inflación y está dispuesto a usarlo, es factible que las Bolsas reaccionen al alza. El elevado nivel de sobreventa actual de muchos valores podría facilitar esta reacción. Por el contrario, si Draghi "defrauda" y se muestra "distante" y complaciente con los esfuerzos ya realizados por el BCE, volverán las ventas a las bolsas europeas.
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