Después de seis meses de fuertes retornos de capital y, frente a las preocupaciones generales sobre la situación del ciclo, parece tentador la construcción de carteras de riesgo para prepararse ante una eventual caída. En opinión del equipo estratega de Goldman Sachs, es demasiado pronto para que las carteras asuman mayores “riesgos para la generación […]
Dirigentes Digital
| 01 ago 2017
Después de seis meses de fuertes retornos de capital y, frente a las preocupaciones generales sobre la situación del ciclo, parece tentador la construcción de carteras de riesgo para prepararse ante una eventual caída. En opinión del equipo estratega de Goldman Sachs, es demasiado pronto para que las carteras asuman mayores “riesgos para la generación de retorno”. Mirando a través de un amplio conjunto de variables económicas y de mercado, “creemos que los datos son consistentes con una expansión continua para que los mercados sigan avanzando durante otros dos años”. La volatilidad en los últimos tres meses en Estados Unidos, por ejemplo, alcanzó mínimos del ciclo en abril de este año y se mantiene muy cerca de ese nivel. En el ciclo habitual, las tendencias de una volatilidad mayor en renta variable se mantienen durante un período prolongado antes de que el ciclo se dé la vuelta. Del mismo modo, los diferenciales de crédito están cerca de mínimos de ciclo y, normalmente, “se estarían ampliando de que el ciclo cambie”. ¿Cuál es la mejor manera de adoptar un posicionamiento para las carteras? Desde Goldman Sachs apuntan a que hay que buscar “rendimientos positivos moderados en la renta variable”. Después del rally de este año, “esperamos una rentabilidad positiva moderada apoyada por la continua expansión y el crecimiento de los beneficios”. En este sentido, Europa y Japón están bien posicionados “para beneficiarse de un ensanchamiento de la expansión, incluyendo la recuperación de la mejora del sector manufacturero y de los mercados emergentes globales”. Por otro lado, la gestora estadounidense espera que los bonos gobierno vayan a la baja. Tal y como valora “el mercado está infravalorando el ritmo de los futuros aumentos de los tipos de interés de la Fed”. También, espera que los últimos datos de inflación de Estados Unidos débiles sean de “naturaleza temporal”. En términos más generales, el riesgo de una expansión fiscal, las discusiones sobre la posibilidad de que la Fed adopte un objetivo de inflación más alto en el futuro y los riesgos en torno a la desaceleración de los flujos de QE globales, sugieren la necesidad de “un mayor riesgo en los bonos gubernamentales”. Por otro lado, Goldman Sachs apunta que hay que ser cautelosos con el crédito. Nos aproximamos al punto en el ciclo donde los diferenciales de crédito a ampliarse en cuanto a las medias históricas. Por eso, son “prudentes en el sector”. Asimismo, los precios del petróleo estarán delimitados por los recortes de suministro de la OPEP y de la evolución del fracking. Así pues, afirman que “la voluntad de la OPEP de recortar el suministro proporcionará un suelo para los precios del petróleo en alrededor de 40 dólares el barril y la amplia oferta de esquisto proporcionará un techo en alrededor de 60 dólares”.