Los riesgos que nadie olvida: el Grexit y el Brexit, la salida de la primera del euro y de la segunda de la Unión Europea. Peligros que no se descartan y capaces de producir un shock de calado en los mercados, la confianza y en la naturaleza misma de las relaciones dentro y fuera de la propia región. "Por primera vez desde la década de […]
Dirigentes Digital
| 15 abr 2016
Los riesgos que nadie olvida: el Grexit y el Brexit, la salida de la primera del euro y de la segunda de la Unión Europea. Peligros que no se descartan y capaces de producir un shock de calado en los mercados, la confianza y en la naturaleza misma de las relaciones dentro y fuera de la propia región.
"Por primera vez desde la década de los 50, el escepticismo está amenazando el proyecto europeo", afirma Maxime Alimi, estratega del equipo de research de AXA IM. Y, explica, no sólo ‘paralizándolo’ sino dando ‘marcha atrás’. El principal foco de incertidumbre, reconoce, es el referéndum británico, pero la periferia de la Zona Euro sigue ‘en la picota’.
En primer lugar, destaca, "tal y como esperábamos, las negociaciones para formar Ejecutivo en España probablemente conduzcan a la celebración de unas nuevas elecciones". La ausencia de Gobierno, añade, "no es necesariamente una mala noticia, de momento, el mercado español se ha mantenido ‘bajo control’ desde febrero", pero, la preocupación es que la nueva ‘cita con las urnas’ acabe con un "resultado similar al actual". Y es que, una parálisis prolongada sí "puede llegar a ser un riesgo, ya que los mercados empiezan a dudar".
Atenas ocupa el segundo ‘puesto’ entre los peligros políticos para este experto. Descartado un acuerdo durante la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se celebra esta semana en Washington, ante los intercambios "mordaces" entre todas las partes ‘enfrentadas’, el riesgo es que asistamos a una repetición de lo que sucedió en 2015. Primero, la mala relación entre el Gobierno de Tsipras y el organismo capitaneado por Christine Lagarde, y, segundo, las divergencias entre éste y los acreedores europeos, "han profundizado el problema de la sostenibilidad fiscal". Su previsión, es que se alcance un ‘convenio’, aunque sea de último momento, pero "estamos menos seguros de la capacidad del primer ministro de mantener unida su coalición si pide más ajustes (…) otras elecciones o un vacío político afectará negativamente a la confianza del mercado".
Finalmente, Portugal. Tras la unión ‘sorpresa’ de las fuerzas de izquierda, el primer ministro Costa ha ‘tranquilizado’ a los mercados mostrando su buena voluntad en política económica. Sin embargo, el déficit se ha disparado al alza y, seguramente, se le exijan nuevos ajustes este año, aumentando la inestabilidad como en el episodio de febrero.
"Estos eventos se centran en el corto plazo. Sin embargo, una ‘segunda capa’ más seria se avecina en el largo", afirma Alimi: el euroescepticismo. Siempre ha habido muchos debates en el seno de la UE, pero, advierte, "las cosas sin diferentes ahora, se desafía a la Unión en dos frentes: su legitimidad para formular políticas y la confianza de los europeos en sus ‘vecinos’".
Ganan terreno los partidos políticos que defienden la idea del "mejor solos que mal acompañados", en Reino Unido buena parte de la población (independientemente del resultado definitivo del referéndum) esta a favor de salir de la UE, y también en otros países nórdicos.
"Europa se ve desafiada a un nivel sin precedentes (…) en un movimiento que comenzó por razones económicas: la crisis de deuda soberana abrió una crisis de confianza entre los países ‘fiscalmente rectos’ y el resto, con una sospecha permanente de ‘parasitismo’ (…) los estímulos del Banco Central Europeo (BCE) se consideran un impuesto para el ahorrador alemán; mientras, otros países creen que la república germana busca la dominación económica del resto, a través de la austeridad", enumera este analista. Y, no nos olvidemos, "los recientes atentados terroristas y la crisis de los refugiados no han hecho sino añadir ‘leña al fuego’".