Ajustes de excesos pasados y debilidad económica, cambio de modelo de crecimiento e impacto de la inestabilidad de los mercados son las tres fuentes principales de preocupación que identifica el Fondo Monetario Internacional (FMI) en lo que respecta a los países en desarrollo. Incertidumbres que han derivado en una desaceleración de la entrada de dinero […]
Dirigentes Digital
| 17 nov 2015
Ajustes de excesos pasados y debilidad económica, cambio de modelo de crecimiento e impacto de la inestabilidad de los mercados son las tres fuentes principales de preocupación que identifica el Fondo Monetario Internacional (FMI) en lo que respecta a los países en desarrollo. Incertidumbres que han derivado en una desaceleración de la entrada de dinero internacional en estas regiones, flujos que marcaron mínimos desde el inicio de la crisis en los primeros meses de este 2015.
Aunque la tendencia bajista de estas compras parece haber retrocedido por el momento y "el posicionamiento aún defensivo podría apoyarles hasta finales de año, las perspectivas a medio plazo siguen siendo un reto", en opinión de Barclays.
La firma británica considera que más allá de que la economía y las commodities logren asentarse, la primera subida de tipos en Estados Unidos en casi una década, la escalada del dólar y la volatilidad relacionada con las dudas que aún planean en torno a China, marcarán la pauta en el año que comienza.
Un entorno, afirman, en el que los factores técnicos seguirán siendo catalizadores clave del comportamiento de los distintos activos. "Vemos oportunidades para largos concentrados en lugares donde las valoraciones se han ajustado y las autoridades usan la relativa estabilidad macro para crear ‘colchones’ con los que salvaguardar los fundamentales".
En concreto, apuesta por largos en dólar/zloty polaco, real brasileño, shekel israelí y yuan. Así como por deuda a corto plazo brasileña, y a largo mexicana (diez años) e india (15 años). Mientras que infrapondera bonos soberanos de Turquía y Sudáfrica, se declara más cauta en Indonesia y sugiere cambiarla por Colombia y Rusia. En el plano corporativo, recomiendan "grandes nombres de calidad": Grazprom, Lukoil y, por valoración Petrobras; las también brasileñas Marfrig y JBS; y e inmobiliario chino; y se declaran cautos en metales, mineras y banca.
Capital Economics considera que, aunque los "flujos de capital son particularmente volátiles", el retorno de dinero de forma estable "apoyará a los mercados emergentes en 2016/2017, siendo las perspectivas de la renta variable prometedoras".
Mientras, Goldman Sachs explica que "gran parte de la debilidad de estas regiones probablemente refleje el reequilibrio del crecimiento económico, más que un deterioro estructural". En su opinión, "el ajuste llevará tiempo (como ya se ha visto en Estados Unidos y Europa), pero la corrección de los desequilibrios a tiempo será la plataforma para la ‘normalización’ económica, de los beneficios y de los tipos de interés". Ahora bien, para estos expertos las Bolsas de los emergentes no van a volver a brillar con tanta fuerza, pues la rotación desde estos países a los desarrollados, de los productores (y beneficiarios del capex) a los consumidores probablemente continúe.
Jackie Lafferty, analista de inversión de Loomis Sayles (gestora afiliada a Natixis Global AM), define el panorama futuro para estos países como "desafiante". Los fundamentales se han deteriorado y el sentimiento inversor es cauto, pero también es cierto que algunas valoraciones, "especialmente en divisas cada vez muestran más atractivo". Por otra parte, recuerda, en lo que va de año "el crédito emergente ha superado al desarrollado, y si finalmente Janet Yellen opta por seguir esperando esto sería un buen telón de fondo de cara al cierre del ejercicio". Su recomendación, para los inversores que cuentan con efectivo, "es aprovechar las recientes turbulencias para añadir riesgo de forma selectiva en sus carteras".