En concreto, la firma calcula que los inversores en este tipo de activo tendrían que afrontar pérdidas de 3,8 billones de dólares. A mediados de julio, ‘gracias’ a las políticas monetarias acomodaticias implementadas en Japón, Europa y Estados Unidos, los bonos con rentabilidades negativas alcanzaron los 11,5 billones de dólares (por debajo, al menos, de […]
Dirigentes Digital
| 03 ago 2016
En concreto, la firma calcula que los inversores en este tipo de activo tendrían que afrontar pérdidas de 3,8 billones de dólares.
A mediados de julio, ‘gracias’ a las políticas monetarias acomodaticias implementadas en Japón, Europa y Estados Unidos, los bonos con rentabilidades negativas alcanzaron los 11,5 billones de dólares (por debajo, al menos, de los 11,7 billones de finales de junio).
Un contexto, de tipos en mínimos históricos, que pone a los inversores frente a "un creciente riesgo", sobre todo en los títulos de renta fija a largo plazo, más sensibles a cualquier variación en los tipos.
Los tenedores de bonos europeos serían, de hecho, los que mayores pérdidas tendrían que afrontar en el hipotético caso de una vuelta de las yields a niveles de 2011.
"Las rentabilidades de los países del Viejo Continente, especialmente, Italia y España, se han reducido significativamente desde el verano de ese año, pero la vuelta a esas cifras supondría pérdidas del 21% para estos países", detalla la agencia.
Con todo, Fitch matiza que "el ritmo potencial de cualquier shock de este tipo será clave". Es decir, "un aumento gradual, quizá impulsado por un endurecimiento de las condiciones monetarias globales lento, daría lugar a pérdidas mucho menos importantes".
Por otra parte, estos expertos detallan que la exposición del inversor a este peligro "depende en gran medida de sus objetivos, duración y perfil de riesgo, así como a su dependencia del apalancamiento".
Así, por ejemplo, para muchos institucionales, como compañías de seguros o fondos de pensiones, su estrategia de mantener el activo hasta el vencimiento reduce el riesgo de mercado. Mientras que los perfiles de las instituciones financieras podrían beneficiarse de un incremento de los tipos a largo plazo, especialmente si este aumentos se produce de forma gradual.