Fitch rebaja aún más la nota de Brasil dentro del terreno especulativo. De una nota BB+, la agencia de calificación ha recortado hasta BB con panorama negativo. Fitch justifica su decisión por una contracción económica más profunda y cambios de metas fiscales, las cuales han dañado la credibilidad del emisor brasileño. Fitch ya le quitó […]
Dirigentes Digital
| 06 may 2016
Fitch rebaja aún más la nota de Brasil dentro del terreno especulativo. De una nota BB+, la agencia de calificación ha recortado hasta BB con panorama negativo. Fitch justifica su decisión por una contracción económica más profunda y cambios de metas fiscales, las cuales han dañado la credibilidad del emisor brasileño.
Fitch ya le quitó al país latinoamericano el grado de inversión el pasado mes de diciembre. Desde entonces, la agencia considera que la situación se ha agravado aún más con previsiones de contracción económica del 2,8% en 2016 por la "alta incertidumbre política", el deterioro de los mercados laborales y la desaceleración de su principal socio comercial, China.
Dudas sobre Rousseff
Ciertamente, la incertidumbre política es máxima en Brasil. El próximo 11 de mayo el Senado votará si se juzga a la presidenta Dilma Rousseff por haber maquillado las cuentas presupuestarias. En ese caso, Rousseff sería apartada del cargo durante el tiempo que durase el juicio y su vicepresidente, Michel Temer, tomaría el control presidencial.
"Esta (rebaja) se debe a la falta de control fiscal y la ausencia de dirección política y económica en el país", opina André Perfeito, economista jefe de Gradual Investments, según recoge Reuters. "La llegada de Temer no es vista como una solución para los problemas fiscales, que son muy profundos debido a la caída en los ingresos", agregó.
El director de Fitch Brasil, Rafael Guedes, explica a Reuters que el deterioro del panorama económico de Brasil es similar al de su vecina Argentina en el 2001. Agregó, sin embargo, que la nota del país podría subir rápidamente si el Gobierno adopta medidas para reducir su creciente carga de deuda.
A su vez, se ha pronunciado Henrique Meirelles, ex jefe del banco central brasileño y que se postula como el nuevo ministro de Hacienda si cae el Gobierno de Rousseff y sube Michel Temer. Meirelles ha apuntado a que el primer paso para Brasil sea "establecer metas realistas". Para el ex jefe del banco central, el mayor desafío de Brasil es aprobar medidas que vuelvan sostenibles los niveles de deuda pública, algo que preocupa especialmente a los expertos del país.
El resto de agencias de calificación también se muestran pesimistas con Brasil. En febrero, Moody’s recortó la calificación en dos escalones hasta el grado especulativo, mientras que S&P mantiene su nota en BB, dos peldaños por debajo del grado de inversión.