Los fondos éticos se han multiplicado en los últimos años, ante una mayor demanda de los inversores, especialmente los altos patrimonio, que buscan algo más que rentabilidad en sus estrategias. Pero los resultados sí importan. Y en 2016, el fondo gestionado para la Iglesia de Inglaterra logró un rendmiento del 17,1%, superando con creces la […]
Dirigentes Digital
| 23 may 2017
Los fondos éticos se han multiplicado en los últimos años, ante una mayor demanda de los inversores, especialmente los altos patrimonio, que buscan algo más que rentabilidad en sus estrategias. Pero los resultados sí importan. Y en 2016, el fondo gestionado para la Iglesia de Inglaterra logró un rendmiento del 17,1%, superando con creces la obtenida por otros grandes inversores institucionales como los endowments universitarios de EEUU. El objetivo de inversión es la inflación más cinco puntos porcentuales, con lo que batieron ampliamente la referencia. En los últimos 30 años, este vehículo ha obtenido una rentabilidad media anual del 9,6%. En el comunicado de sus resultados, los responsables de la gestión de este producto con cerca de 9.200 millones de euros de patrimonio, explican que el éxito de su rentabilidad está en una cartera muy diversificada. Y así es. Más del 30% del fondo está invertido en real estate, que entremezclan con estrategias multiactivos, efectivo, divisas, depósitos y acciones. Entre sus inversiones más curiosas destaca el 24,3% que supone de peso su participación en bosques (madera). Los últimos pasos dados por los gestores del vehículo apunta a una firme apuesta por las inversiones de impacto. El pasado año, los miembros del Comité de Inversiones de la Iglesia de Inglaterra realizaron una inversión de 40 millones de dólares en el Equilibrium Capital Management’s Waste Water Opportunity Fund, que invierte en el desarrollo de instalaciones con las que calculan reducir las emisiones de más de 500.000 toneladas de dióxido de carbono anualmente.También establecieron un departamento para centrarse en tres áreas de intervención a la hora de decidir dónde invertir: la remuneración de los ejecutivos, el cambio climático y la diversidad en los altos cargos de las empresas. A estos principios, seguidos por una amplia gama de fondos bajo la categoría ISR (Inversión Socialmente Responsable), se les suma la apuesta por introducir valores católicos en la gestión del producto. Una tendencia que Julius Baer también ha llevado a su máxima expresión con productos como Temperantia, un fondo de renta variable mixta internacional que apoya su estrategia de selección de activos bajo criterios de la doctrina social de la Iglesia Católica. Julius Baer lanzó este fondo en el mercado español el pasado mes de mayo, pensando en captar el interés de entidades e inversores con sensibilidad católica también en la gestión de su patrimonio. Temperantia aplica criterios excluyentes y valorativos basados en la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Para dotar de una mayor profesionalidad y objetividad a la selección de inversiones, su estrategia se apoya en las directrices de inversión socialmente responsable elaboradas por la agencia internacional MSCI Research bajo el programa MSCI Catholic Values Screening Research, el cual sigue los parámetros de inversión socialmente responsable de la Conferencia Episcopal Americana, actualmente una de las instituciones católicas de referencia en este campo. Del mismo modo, no invierte en compañías con una calificación inferior a “A” desde el punto de vista ESG. “Este vehículo de inversión cumple así los requisitos de un grupo de clientes de Julius Baer, ofreciéndoles por un lado un asesoramiento financiero que les permite alinear con responsabilidad sus inversiones con sus creencias y, por otro, un vehículo financiero transparente y eficiente que les ayuda a canalizar esas inversiones”, indican desde la entidad. “De esta forma, obtienen no sólo una rentabilidad económica sino también un impacto social directo y medible”, explican. Esta solución de inversión de Julius Baer contempla además la aportación de un donativo anual que será puesto al servicio de las personas, financiando de forma directa proyectos de la Iglesia basados en tres pilares: Oración (Ora), Misión (Missio, Labora) y Formación (Formatio). Las entidades beneficiarias encargadas de canalizar el donativo hacia los proyectos son Ayuda a la Iglesia Necesitada y la Fundación De Clausura. No se trata de un fondo solidario al uso, puesto que las entidades beneficiarias no recibirán el donativo únicamente de la comisión de gestión de Julius Baer Gestión, sino que los propios inversores podrán cursar de manera voluntaria órdenes periódicas de reembolsos (un pago anual similar al que realizan los Endownments americanos) y destinar directamente una parte de ese reembolso anual como donativo a las entidades beneficiarias. De esta manera, los inversores se convierten en partícipes directos de los proyectos financiados, recibiendo un informe anual del fondo que explica los proyectos financiados. También podrán participar en las “visitas de campo” que se organicen y que les permitan conocer en primera persona los proyectos en los que han participado. Este mismo año, Ética Patrimonios y Degroof Petercam se sumaban a esta ola con el lanzamiento del DP Ética Valor Compartido SICAV, que invertirá de modo diversificado en fondos bajo criterios ISR. Desde la firma indican que, hasta ahora, “los productos de inversión llamados éticos y solidarios se limitaban a excluir determinados sectores de actividad (armamento, tabaco, explotación infantil, etc.) combinados con una donación a una ONG. En contraste, este producto propone la integración de la rentabilidad económica a largo plazo y del impacto social (Valor Compartido o Shared Value), seleccionando únicamente aquellos fondos y empresas que sigan esta estrategia”.