CRIF Ratings, socio de Informa D&B para la emisión de ratings de empresas españolas, cree que los resultados inesperados del referéndum realizado en el Reino Unido (23 junio) y la todavía incierta agenda política española van a reducir la actividad en el mercado de deuda corporativa español durante los próximos meses. En el primer semestre […]
Dirigentes Digital
| 04 jul 2016
CRIF Ratings, socio de Informa D&B para la emisión de ratings de empresas españolas, cree que los resultados inesperados del referéndum realizado en el Reino Unido (23 junio) y la todavía incierta agenda política española van a reducir la actividad en el mercado de deuda corporativa español durante los próximos meses.
En el primer semestre de 2016, el volumen de bonos emitido en el MARF (Mercado Alternativo de Renta Fija) rondó los 292 millones de euros, en línea con el nivel registrado en los seis primeros meses de 2015 (269,5 millones). No obstante, las emisiones puramente corporativas han sido más bien escasas con sólo 24 millones de euros, emitidos por Pikolín (14 millones) y Saint Croix (10 millones). El resto de emisiones incluían el bono de 169 millones de euros de la aseguradora Caser y los 99 millones de bonos-proyecto emitidos por Globasol (45 millones) y Autopista del Norte (54 millones). A finales de junio 2016, el total de emisiones en circulación en el MARF ronda los 1.000 millones.
La actividad de las grandes empresas en el Mercado de capitales fue bastante baja también en el primer trimestre del año. A partir de abril, y como consecuencia del programa de compra de deuda corporativa anunciado por el BCE (Banco Central Europeo), un total de cerca de 7.000 millones de euros fueron emitidos, con Telefónica (2.700 millones), Abertis (1.000 millones) e Iberdrola (1.000 millones) a la cabeza.
CRIF opina que la combinación de la incertidumbre política después de las elecciones españolas del pasado domingo y de la volatilidad en los mercados desatada a raíz del desenlace inesperado del Brexit, va a reducir la actividad en los mercados de capital en los próximos meses. Lo anterior puede ser muy relevante para empresas medianas y pequeñas, si los bancos además deciden reducir su apetito por el riesgo de deuda corporativa.
"Los emisores con calificaciones de investment-grade con perfiles de negocio robustos y predecibles y con poca exposición al Reino Unido y/o a riesgos de divisa o de materia primas, se beneficiarán de la política del BCE. Dicha política se ha puesto en práctica en junio de 2016 y sólo contempla la compra de deuda corporativa siempre y cuando tenga al menos un rating investment-grade", asegura Borja Monforte, jefe de Operaciones en Iberia de CRIF.
Por otro lado, las medianas y pequeñas empresas (habitualmente calificadas como non investment-grade), se continuarán financiando mayoritariamente con las entidades financieras y no a través del mercado de capitales. "Los inversores probablemente esperarán a ver cómo se desarrollan las negociaciones del Brexit y cómo evoluciona la situación política antes de probar aguas más profundas", añade Monforte.
El sector bancario del sur de Europa, incluyendo España e Italia, sigue siendo vulnerable a los eventos en el mercado con implicaciones sistemáticas como puede ser el Brexit. Una política de riesgos más severa con la deuda corporativa por parte de los bancos, en aras de preservar su rentabilidad, posiblemente mejore el acceso al crédito de aquellas compañías presentes en sectores con fundamentales robustos. De forma contraria, empresas expuestas a la volatilidad de los mercados (divisas y materias primas principalmente) van a ver como empeora su acceso a los mismos.