“Una inquietud común entre los inversores es que la expansión fiscal prevista ejercerá presiones alcistas sobre los rendimientos del Tesoro”. Así comienza Mackenzie su análisis sobre la situación de la renta fija, insistiendo en que aunque es cierto que un aumento del déficit presupuestario conduce a la emisión de deuda y subidas de los rendimientos […]
Dirigentes Digital
| 20 feb 2017
“Una inquietud común entre los inversores es que la expansión fiscal prevista ejercerá presiones alcistas sobre los rendimientos del Tesoro”. Así comienza Mackenzie su análisis sobre la situación de la renta fija, insistiendo en que aunque es cierto que un aumento del déficit presupuestario conduce a la emisión de deuda y subidas de los rendimientos (si todos los demás factores permanecen sin cambios), el vínculo entre el saldo presupuestario y los rendimientos del Tesoro es tenue. “En la práctica, es más importante el entorno económico que acompaña a un déficit creciente, es decir: crecimiento e inflación”, explica. Sin embargo, considera que el aumento de crecimiento e inflación, o la propia “reflación”, también puede ser autolimitante. Por ejemplo, la subida de los tipos del Tesoro y el fortalecimiento del dólar estadounidense han hecho contraerse las condiciones financieras. El experto reconoce que la senda de tipos de interés estadounidenses en los próximos años será más alta que baja. Sin embargo, se muestra seguro de que el ritmo del aumento será lento. “Más que un régimen reflacionista inducido por Trump, sigue existiendo el riesgo de que las poderosas fuerzas estructurales que han mantenido los rendimientos bajos se reafirmen”, indica. Para el director global de renta fija de Fidilety, si los inversores dejan a un lado los factores cíclicos, la combinación de fuerzas estructurales que han contribuido a impulsar los rendimientos a la baja en los últimos 30 años sigue muy presente en el mercado, apuntando a tres factores fundamentales en este sentido: