Actualmente nos encontramos en la era de la tecnología. Todos los negocios se sustentan sobre una base tecnológica que los soporta o que utilizan, y en muchas ocasiones esta es la razón de que exista poca diferenciación entre empresas. De hecho, la gran diferencia se encuentra en las personas y en su talento. Especialmente, en […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Actualmente nos encontramos en la era de la tecnología. Todos los negocios se sustentan sobre una base tecnológica que los soporta o que utilizan, y en muchas ocasiones esta es la razón de que exista poca diferenciación entre empresas. De hecho, la gran diferencia se encuentra en las personas y en su talento. Especialmente, en el de aquellas capaces de anticiparse a las tendencias, que son proactivas y con puntos de vista y metodologías de trabajo claros. Por esto, el talento se posiciona como un pilar fundamental en el momento histórico que vivimos, sobre todo en este sector.
¿Cuáles son las cualidades de un gestor con talento? En primer lugar, son aquellas personas que se anticipan a la tendencia, saben identificar los grandes temas del futuro, son multidisciplinares y tienen opiniones claras y principios sólidos. Y, además, año tras año, muestran su capacidad para alcanzar sus objetivos. En definitiva, son aquellas personas capaces de ver luz donde otros solo ven caos. La rentabilidad es el resultado de la unión de tres aspectos fundamentales: personas, procesos y filosofía de inversión. El talento es clave en un buen gestor, pero no es su única cualidad. Por ello hay que analizar también una serie de requisitos. En primer lugar, debe disponer de una filosofía de inversión visiblemente diferenciada. En segundo lugar, tiene que ser emprendedor, capaz de levantar un fondo desde cero y demostrar su capacidad de crecimiento año tras año. Finalmente, también tiene que ser un gestor comprometido, y la mejor muestra de ello es que invierta gran parte de su patrimonio en el fondo que gestiona.
A la hora de buscar rentabilidad para las inversiones a medio y largo plazo, el talento del gestor es crucial, y por ello es tan importante premiar la gestión activa de los fondos y retribuir adecuadamente a los gestores con talento. La gestión pasiva resulta algo más barata, ya que normalmente está ligada a la evolución de determinados índices que no necesitan gestión de personas. Pero sólo el talento del gestor puede aportar valor diferencial para que una aportación a un fondo se traduzca en beneficios estables para el partícipe.
Pongamos un ejemplo práctico. En el entorno actual, con los mercados desajustados por la intervención de los bancos centrales, existen muchos riesgos, pero también grandes oportunidades que la gestión pasiva no puede detectar, ni sabe diferenciar. Las distorsiones que estamos viendo en los mercados, como por ejemplo el hecho absurdo de pagar por prestar dinero (tires negativas en los bonos), crean oportunidades que solo un buen gestor puede explotar. Y solo los buenos gestores activos son capaces de identificar y comprar valores olvidados o evitar subirse a inversiones excesivamente sobrevaloradas.
Pensemos en un caso como el reciente referéndum del Brexit. Un gestor activo sabe cómo evitar riesgos innecesarios en esas situaciones y en este escenario, la mayoría de los gestores de Quadriga protegió a tiempo sus carteras y evitó caídas. Sus herramientas diferenciales para conseguirlo: gestión activa y talento