El informe, que maneja cifras globales del sector, deja claro el importante papel de estas entidades en el nuevo orden económico global, con unos activos invertibles que podrían superar los 100 billones de dólares en 2020, frente a los 64 billones que rozan actualmente. El futuro parece muy prometedor, pero el cambio de escenario obliga […]
Dirigentes Digital
| 26 nov 2014
El informe, que maneja cifras globales del sector, deja claro el importante papel de estas entidades en el nuevo orden económico global, con unos activos invertibles que podrían superar los 100 billones de dólares en 2020, frente a los 64 billones que rozan actualmente. El futuro parece muy prometedor, pero el cambio de escenario obliga a procesos de adaptación para conseguir alcanzar estas cifras.
Los expertos tienen claro que las firmas de gestión de activos deben dejar de ser el "hermano pequeño" del sistema bancario, pasando a un primer plano respecto a la banca tradicional. Especialmente tras el proceso de reestructuración financiera que ha obligado a bancos y aseguradoras a abandonar la actividad por cuenta propia, así como otros negocios no estratégicos.
En este escenario, la nueva regulación y el futuro de las comisiones se torna elemento clave de las estrategias de cada entidad. "El cambio previsto en los modelos de comisiones cambiará también la distribución de productos", explica Enrique Fernández Albarración, socio de PwC, lanzando un mensaje claro sobre el devenir de esta partida: "el cliente quiere saber lo que cuesta el producto y los reguladores quieren que cada vez sea más barato".
Albarracín recuerda sin embargo que el nivel de comisiones en Reino Unido, donde ya funciona la prohibición de las retrocesiones, el nivel de comisiones retail sigue siendo un 40% superior al de la industria en EE UU. "El mensaje en las últimas tendencias regulatorias es sencillo: el coste del servicio importa y la transparencia es clave", asegura. En este escenario, desde el sector piden a los reguladores que extiendan al resto del sector financiero la exigencia de hacer públicos ciertos costes.
"La regulación debería enfocarse de una forma más efectiva, alejándose del establecimiento de topes máximos a las comisiones que se cobran a los clientes, algo que no ocurren en ninguna otra industria", insisten desde la FEF. "Esto estaría desincentivando a los mejores gestores y, lo que es más preocupante, perpetuando a los menos eficientes y a los de mayor tamaño, que son los que pueden sobrevivir con menores ingresos", aseguran.
Más costes para competir
En este escenario, el sector se enfrenta a nuevos costes más necesarios que nunca, también para poder competir con nuevos actores alternativos que empiezan a ver una oportunidad de negocio en la gestión de activos. Sin ir más lejos, Alibaba, Google o Amazon. Es precisamente el desarrollo de tecnología la condición sine qua non para destacar entre los competidores.
A pesar de los difíciles retos, el informe demuestra que la industria está llamada a jugar un papel relevante en un entorno en el que el envejecimiento de la población cambiará drásticamente el ratio de trabajador por cada pensionista, con la consiguiente necesidad de ofrecer productos adecuados de cara a complementar la pensión pública. "Otros factores que hacen que la gestión de activos pasen a un primer plano son el aumento patrimonial de jugadores como los fondos soberanos o el crecimiento de la población urbana y las clases medias", explica Patrick Atckinson, socio de PwC.
En este escenario, resulta básico lanzarse más allá del mercado doméstico. "Si quieres ser ganador tienes que ser global", aseguran los expertos, destacando el papel que jugará en la industria regiones como Latinoamérica, Asia, África y Oriente Medio.
PwC distingue entre dos grandes grupos en este proceso de cambio: los ganadores y los llamados "seguidores". En el primer grupo estarán aquellas entidades capaces de crecer en términos de activos bajo gestión, con un fuerte reconocimiento de marca y una presencia relevante en el negocio institucional. Dentro de este grupo de fuerza, los expertos destacan también el importante papel que jugaran las entidades de menor tamaño como boutiques, firmas muy especializadas con niveles de performance muy por encima de la media.
Y luego está el segundo grupo. El de aquellos que se perderán si no saben coger esta ola de cambios en el sector. "Hay que actuar para no quedarse atrás, si no, será imposible sobrevivir", advierte Albarracín.