Alexis Tsipras ha recibido dos balones oxígenos en pocos días. El primero gracias al FMI al avalar su posición sobre la deuda y las nuevas ayudas. Y el segundo por parte de la población en el referéndum. El líder griego ha cerrado por el momento la fractura interna que estaba provocando las negociaciones con el […]
Dirigentes Digital
| 05 jul 2015
Alexis Tsipras ha recibido dos balones oxígenos en pocos días. El primero gracias al FMI al avalar su posición sobre la deuda y las nuevas ayudas. Y el segundo por parte de la población en el referéndum. El líder griego ha cerrado por el momento la fractura interna que estaba provocando las negociaciones con el resto de Europa con una victoria rotunda en el referéndum. El no ha ganado por goleada con más de veintidós puntos de diferencia respecto al sí. De esta manera, Tsipras ha logrado apagar la rebelión interna de sus diputados que no estaban por la labor de aprobar el acuerdo que se fraguaba la semana pasada y contar con un apoyo popular por encima del resultado de las pasadas elecciones.
Según Tsipras, "los griegos han cambiado el término de las condiciones en la negociación". Con este nuevo mandato una nueva delegación acudirá a Bruselas para retomar las conversaciones, han informado fuentes del Ejecutivo heleno, que siguen defendiendo que en 48 horas se alcanzará un acuerdo.
"Europa no puede ser un camino único de austeridad, hemos decidido que queremos democracia y justicia", ha subrayado Tsipras en una intervención televisada. "Ahora tenemos la prioridad de recuperar la estabilidad del sistema financiero y estoy convencido que el BCE comprende la situación económica y la crisis humanitaria que atraviesa el país".
El resultado de la convocatoria, con un 61% de los griegos apoyando al Gobierno para rechazar la última propuesta de los acreedores, lejos de despejar el futuro del país abre un horizonte lleno de incertidumbres políticas y económicas que acerca la temida salida del euro. Lo más urgente es la situación de los bancos griegos prácticamente en quiebra, solo el corralito ahora mismo les salva de colapsar. El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, afirma que el próximo miércoles abrirán sus puertas, pero algunas voces de Syriza ya hablan del miércoles o el jueves. La decisión no depende del Gobierno si no del BCE. Mañana se reúne para decidir sobre el programa urgente de asistencia financiera a los bancos, conocido como ELA por sus siglas en inglés. La semana pasada congeló las ayudas y provocó el corralito. El Banco de Grecia ha pedido la noche referéndum elevar las ayudas, que ascienden hasta los 86.000 millones, para volver a poder abrir los bancos.
Convocatorias a todo trapo
Desde el punto de vista político, las palabras gruesas que anunciaban que el no significaba la salida del euro se han matizado por respetar la votación del pueblo griego. Durante la jornada se ha sucedido una cascada de convocatorias para la semana. Empezando por el Grupo de Trabajo del Euro para analizar la situación tras los resultados del referéndum en Grecia y posteriormente enviar sus resultados al Eurogrupo, que ya ha anunciado que se reunirá. Merkel y Hollande lo harán mañana en París y han convocado una Cumbre urgente para el martes.
En España, el presidente del Gobierno ha convocado a los miembros de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos a la que acudirán la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, los titulares de Economía y de Hacienda, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, Álvaro Nadal, director de la oficina económica y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.
El Gobierno heleno, por su parte, ha convocado a todos los líderes políticos del país para plantear las nuevas posiciones del país en las negociaciones. Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas, ha mantenido el discurso oficial "han querido imponernos la austeridad y una deuda insostenible, ahora vamos a invitar a nuestro socios para encontrar un acuerdo".
Se mantiene el ‘nein‘ alemán
La situación del país es tan crítica que uno de los mayores opositores en Bruselas de Tsipras el presidente del europarlamento, Martin Schulz, ha reclamado un programa de ayuda humanitaria proveyendo que las posibles negociaciones serán largas y sin un final feliz.
Pero la realidad no será tan fácil. Merkel ya ha anunciado que para retomar unas nuevas negociaciones necesitará el beneplácito del Parlamento, con lo que retomar las negociaciones requerirá de tiempo. Las primeras declaraciones desde Alemania son pocos alentadoras. El número dos del Gobierno ha dicho a medios alemanes que unas nuevas negociaciones son "difíciles de imaginar" y acusa a Tsipras de "demoler los últimos puentes entre Europa y Grecia".