El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea acabaron este jueves con meses de incertidumbre en relación a Grecia. La posibilidad de que el organismo internacional saliera del rescate de 86.000 millones dejó al país heleno en un limbo financiero, ya que sin el apoyo del fondo no podría hacer frente a los siguientes […]
Dirigentes Digital
| 16 jun 2017
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea acabaron este jueves con meses de incertidumbre en relación a Grecia. La posibilidad de que el organismo internacional saliera del rescate de 86.000 millones dejó al país heleno en un limbo financiero, ya que sin el apoyo del fondo no podría hacer frente a los siguientes repagos de su deuda. La reunión de este jueves puso fin al menos a la incertidumbre, ya que Christine Lagarde, directora gerente del FMI, confirmó su permanencia y aceptó la concesión de un nuevo tramo de 8.500 millones con el que Grecia podrá cumplir sus compromisos del próximo mes. El foco de las divergencias está en el avance experimentado en el país heleno tras las reformas estructurales. Según el FMI, el nivel de deuda griego es “insostenible”, por lo que es necesario que la Comisión Europa conceda un alivio de los compromisos. Por su parte, los ministros de finanzas comunitarios señalan que el organismo de Lagarde exagera la situación y que son “muy pesimistas” en sus previsiones. El Fondo se ha comprometido a seguir aportando liquidez a Grecia, siempre y cuando se llegue a un acuerdo para suavizar las condiciones de los próximos repagos. Por otro lado, la financiación proviene en su mayoría de la propia UE, ya que el FMI sólo prevé aportar 2.000 millones más hasta 2018, fecha límite del rescate. La Comisión Europea rechaza aliviar las condiciones hasta que se complete el último tramo de financiación. Entre las opciones encima de la mesa, se baraja retrasar el pago del principal e intereses de unos 100.000 millones de deuda derivada de antiguos tramos durante 15 años más. Otra propuesta es la de Francia, que quiere ligar los futuros compromisos de pago a la situación de la economía griega en cada momento. Por su parte, el Gobierno de Alexis Tsipras espera que el avance en el rescate facilite que el Banco Central Europeo empiece a comprar bonos griegos dentro de su programa de estímulos monetarios.