Aunque cada vez se habla más abiertamente de un Grexit, lo cierto es que, a pesar de que Atenas no va a cumplir, de momento, con sus obligaciones con el organismo capitaneado por Christine Lagarde, y de que el resultado del referéndum sobre las medidas de los acreedores es incierto, el escenario base sigue siendo […]
Dirigentes Digital
| 30 jun 2015
Aunque cada vez se habla más abiertamente de un Grexit, lo cierto es que, a pesar de que Atenas no va a cumplir, de momento, con sus obligaciones con el organismo capitaneado por Christine Lagarde, y de que el resultado del referéndum sobre las medidas de los acreedores es incierto, el escenario base sigue siendo que el país permanezca en la unión monetaria. Así, aunque las Bolsas se han teñido de rojo y los mercados de deuda se han tensado, el consenso cree que "no llegará la sangre al río", pues la situación económica europea es mucho mejor y, sobre todo, cuenta con el respaldo del programa de compras de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE).
JP Morgan Asset Management afirma tajante que "el impago al FMI no implica una salida automática de Grecia de la Zona Euro: si el próximo cinco de julio el pueblo heleno vota a favor del acuerdo, creemos que es más probable que el país permanezca dentro de la moneda única". No obstante, estos expertos reconocen que la probabilidad de que salga "se ha incrementado sustancialmente".
En este sentido, explican que "la reacción del BCE al impago heleno será crucial ya que, si endurece los criterios que aplica a las garantías asociadas a la línea de liquidez de emergencia (ELA, por su siglas en inglés), es muy probable que Grecia tenga que usar pagarés (certificados IOU) para hacer frente a los principales gastos del país, como las nóminas del sector público, pagaderas a final de mes. Estos podrían empezar a funcionar como una divisa paralela mucho antes de que Grecia saliese del euro. Pero hay que tener en cuenta que ahora mismo no existe ningún procedimiento legal para abandonar la Zona Euro, por lo que pasarían muchas semanas antes de que ocurra y podemos esperar que la historia dé muchas más vueltas hasta entonces".
Así, aunque reconocen que esta semana los movimientos del mercado estarán dictados por la "aversión al riesgo" (depreciación del euro, repunte de las tires de la periferia europea, huida hacia refugios seguros), también esperan que haya menos tensión que en 2011 y 2012. "Europa está ahora mucho más preparada para afrontar las turbulencias generadas por la situación en Grecia gracias a unas economías más fuertes, un sector bancario saneado, déficits fiscales más pequeños y menos vínculos con Grecia. Además, la región cuenta con herramientas de las que no disponía la última vez, como el programa de expansión cuantitativa del , subrayan.
Por tanto, concluyen que su "principal escenario sigue siendo el de una recuperación económica acompañada de agresivas medidas de política monetaria que respaldarán el crecimiento de beneficios empresariales. Tanto las acciones como la deuda de las empresas europeas de calidad deberían comportarse bien en un entorno de este tipo, recompensando a los inversores que permanezcan invertidos. Y, si los activos de riesgo registrasen fuertes correcciones en los próximos días, lo consideraríamos en general como una oportunidad de compra".
Default o no default
Mientras tanto, la agencia de calificación crediticia Fitch explica que sus "notas" soberanas "reflejan el riesgo de impago al sector privado más que al público", por lo que la falta de pago al FMI no constituiría un default en este sentido, pero sí tendrá un impacto negativo en el crédito. Aún así, añade que los "atrasos" con dicho organismo por parte de una economía de este calibre "no tienen precedentes e indican un estrés de liquidez extremo".
Las implicaciones de esta situación para el rating soberano heleno "dependerán de la capacidad y voluntad del país para ‘recuperar’ los pagos perdidos al FMI y la respuesta de las instituciones", especialmente el BCE. Sin embargo, advierte sobre el daño que ha hecho esta "incertidumbre prolongada" a la economía griega, que podría verse empujada a la contracción desde el estancamiento que estiman para este año. La firma considera que los controles de capital impuestos son un default restringido a la banca".
El BCE y la fortaleza de Europa evitarán el colapso de Bolsas y deuda
Por su parte, Barclays también reconoce que el riesgo de una quiebra y eventual salida del euro ha aumentado, pero piensan que "la crisis actual, sea cual sea su resultado, probablemente no dañe las perspectivas a largo plazo para la renta variable europea".
De hecho, reiteran su objetivo de 4.000 puntos para el Euro Stoxx 50 al cierre del ejercicio y su recomendación de sobreponderar las Bolsas del Viejo Continente (sin Reino Unido), pues consideran que "desde el comienzo del QE, las acciones europeas se han desvinculado de la evolución del mercado heleno (…) aunque esta tendencia sufra un vuelco en el corto plazo, consideramos que el apoyo fundamental viene de la recuperación económica que, en última instancia, prevalecerá".
En este sentido, Burkhard Varnholt, CIO del banco privado suizo Julius Baer, añade que no espera un colapso ni en los mercados de renta variable ni en los de renta fija, pues el impago al FMI está muy descontado; casi todos los bonos del gobierno griego están en manos de instituciones públicas; y, "tristemente", Grecia no es más del 2% del PIB de Europa y, por tanto, "no se convertirá en una segunda .
Asimismo, creen que un Grexit es poco probable, pues sería demasiado arriesgado para todas las partes; las autoridades están preparadas y equipadas para "preservar la integridad de la Zona Euro"; y, de nuevo reiteran, "no hay base legal para expulsar a un miembro de la unión monetaria". Por tanto, también consideran que los movimientos del mercado actuales "crean nuevas oportunidades de inversión". Ahora bien, si se busca protección, apuntan al bono a 30 años suizo, la deuda alemana o la estadounidense como refugios seguros por excelencia.
La macro de EEUU y la política monetaria son mucho más importantes que Grecia
Vontobel recuerda que "un impago al FMI no activa un default cruzado sobre el resto de títulos de deuda, aunque no pagar al BCE el 20 de julio (3.500 millones de euros), sin duda conduciría a una revaluación de la liquidez de emergencia". La firma opina que, al final del día, "prevalecerá la dimensión política y es difícil retener a un país en la Zona Euro si su pueblo no quiere"; con todo, recuerda también que "el Tratado de Maastrich no prevé una salida de la moneda única".
La volatilidad en los mercados va a repuntar, reconocen, pero "estamos convencidos de que la macro de Estados Unidos y la política monetaria son mucho más importantes que Grecia en la dirección de los mercados globales". Así, este entorno de mejora en las tres principales economías desarrolladas (EEUU, Japón y la Zona Euro), de ganancias empresariales razonablemente fuertes y de abundante liquidez sigue apoyando a la renta variable.
"Mantenemos nuestra posición de sobreponderar Bolsas y de infraponderar bonos. Podríamos aprovechar la volatilidad para agregar posiciones de alta convicción sobre la base de la debilidad griega", concluyen.
Finalmente, desde Petercam resumen: "Aunque crece la incertidumbre y aumentan las posibilidades de un Grexit, un acuerdo in extremis todavía parece el escenario más probable. Preferiblemente, Atenas y sus acreedores llegarán a un acuerdo antes del referéndum del domingo (…) La crisis griega amenaza con socavar gravemente la recuperación de la Zona Euro, que se ha construido sobre factores temporales (debilidad del euro, bajos tipos de interés y caída de los precios de la energía). En caso de un compromiso de última hora, la recuperación podría reanudarse una vez que la crisis griega desaparezca de los titulares. Aunque es cierto que la probabilidad de que que se encuentre una solución sostenible en el próximo par de meses es cada vez menor".