Ayer asistimos a una sesión de transición en los mercados financieros europeos y estadounidenses, en la que los inversores intentaron "digerir" el "mensaje" transmitido por la Reserva Federal (Fed) el día precedente, tras la reunión de su Comité de Mercado Abierto (FOMC). Nuevamente el dólar fue el principal protagonista de la sesión, al fortalecerse frente […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Ayer asistimos a una sesión de transición en los mercados financieros europeos y estadounidenses, en la que los inversores intentaron "digerir" el "mensaje" transmitido por la Reserva Federal (Fed) el día precedente, tras la reunión de su Comité de Mercado Abierto (FOMC).
Nuevamente el dólar fue el principal protagonista de la sesión, al fortalecerse frente al resto de principales divisas, recuperando en un día casi todo lo cedido la noche anterior, hecho que se convirtió en un lastre para la bolsa estadounidense conjuntamente con la nueva caída experimentada por los precios del crudo. En Europa, la sesión estuvo condicionada desde primera hora por el "problema griego", concretamente por la reunión de la que luego hablaremos y que mantuvieron al margen de la cumbre de líderes de la UE el primer ministro griego, Tsipras, con la canciller alemana Merkel, el presidente francés Hollande, y representantes de los acreedores de Grecia, entre ellos el presidente del BCE, Mario Draghi. La falta de avances en las negociaciones entre Grecia y sus socios y/o acreedores desde que el Eurogrupo aprobó el pasado 20 de febrero prorrogar por cuatro meses el actual programa de rescate griego, condicionado a que el país implementase una serie de reformas, está empezando a "poner nerviosos" a los inversores, que ven cada vez más probabilidades de que Grecia se quede sin liquidez en las próximas semanas, lo que podría provocar una salida "por accidente" de este país de la Zona Euro.
Así, este fue el principal motivo por el que las bolsas europeas no fueron ayer capaces de seguir la estela dejada por Wall Street el día antes, cuando, en nuestra opinión, "sobre reaccionó" a lo anunciado por la Fed (entendemos que el hecho de que el banco central estadounidense retrase el inicio del proceso de subidas de tipos porque no ve claro el escenario económico no son, precisamente, buenas noticias o, al menos, algo que pueda justificar la euforia mostrada por los inversores el miércoles en Wall Street). De hecho, ayer la bolsa estadounidense cedió posiciones al igual que los bonos, mientras que el dólar, como hemos señalado, recuperaba casi todo lo cedido el miércoles por la noche.
En este sentido, señalar que hoy, en una sesión de escasas referencias en el ámbito macroeconómico (únicamente destaca la publicación en Alemania del índice de precios a la producción (IPP) de febrero), será Grecia quien monopolice la atención de los inversores. En este sentido, destacar que, tras la mencionada reunión, los mensajes lanzados por las distintas partes, incluido el comunicado oficial, fueron, como suelen serlo, de moderado optimismo. Sin embargo, las lecturas hechas por el primer ministro griego, Tsipras, y por la canciller alemana, Merkel, son muy distintas. El primero insistió en que su país presentará sus reformas en breve mientras que la segunda dijo que esperaba que el plan de reformas griego sea más concreto que el anterior y cumpla con los compromisos asumidos por el Gobierno del país el pasado 20 de febrero. Mensajes muy parecidos pero, en el fondo, muy distantes que vuelven a situar la "pelota en el tejado" de Grecia, que sabe que o bien cumple con sus compromisos o sus socios y/o acreedores no liberarán ni un solo euro del importe pendiente del actual programa de rescate. Está, por tanto, en manos del nuevo Gobierno griego cumplir sus compromisos y acceder a esta liquidez que tanto necesita (hoy deberá afronta un nuevo pago al FMI por importe de 350 millones). En este sentido, señalar que en los últimos días se han acelerado las retirada de depósitos de los bancos griegos y que ayer el BCE tuvo que aumentar el importe de la línea de liquidez de emergencia a estas entidades (ELA).
Por tanto, entendemos que en el corto plazo Grecia seguirá condicionando el comportamiento de los mercados financieros de la Zona Euro, con unos inversores que irán poniéndose cada vez más nerviosos a medida que pase el tiempo y no se alcance un acuerdo para dotar al país de la liquidez necesaria para evitar que suspenda pagos. Es por ello que hasta entonces las bolsas de la región del euro se mantendrán a la espera, consolidando sus recientes avances.
Por último, y en referencia a la sesión de hoy, señalar que asistiremos al cuádruple vencimiento de derivados sobre acciones e índices al ser final de trimestre. Ello, como suele ocurrir, condicionará y mucho el comportamiento del mercado de contado, siendo complicado sacar conclusiones sobre el estado real del mismo. Habrá que esperar a la semana que viene para comprobar el impacto real que la falta de avances en el tema griego puede llegar a tener en la renta variable y en los bonos europeos.
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