"Solo faltaría que la Fed se alinease con este mensaje de apoyo al ciclo expansivo, considerando el crudo como una variable que provoca desequilibrios a corto plazo, para que dejemos atrás un "convulso enero negro" y el 2016 vislumbre, por fin, la luz al final del túnel". Así se manifiestan desde el departamento de análisis […]
Dirigentes Digital
| 22 ene 2016
"Solo faltaría que la Fed se alinease con este mensaje de apoyo al ciclo expansivo, considerando el crudo como una variable que provoca desequilibrios a corto plazo, para que dejemos atrás un "convulso enero negro" y el 2016 vislumbre, por fin, la luz al final del túnel". Así se manifiestan desde el departamento de análisis de Bankinter, donde consideran que "el mensaje del BCE ha sido constructivo".
Desde la firma entienden que la probabilidad de que adopte nuevas medidas de política monetaria en la próxima reunión es elevada, ante el cambio en las condiciones económicas y financieras desde el pasado mes de diciembre, así como la preocupación que ha mostrado Draghi por la eolución de los precios del crudo, los emergentes y el euro. "Mario Draghi entiende además que el BCE debe ajustarse a las circunstancias y utilizar todos los instrumentos disponibles para cumplir con el mandato del BCE, además de que la decisión de revisar la política monetaria en marzo ha sido tomada por unanimidad", explican los expertos.
Del mismo modo, aluden a la preocupación demostrada ante las fuertes caídas del precio del petróleo y los efectos de segunda ronda que dicha caída puede ocasionar en las perspectivas de inflación. "Entendemos por tanto que en la revisión de las perspectivas macro (marzo) el BCE revisará a la baja sus previsiones de inflación para 2016 y 2017, factor que facilitaría la implementación de nuevas medidas de política monetaria", indican.
En el mismo sentido se manifiesta Marilyn Watson, responsable de estrategia mundial de productos de renta fija sin limitaciones de BlackRock, asegurando que el organismo "reconsiderará su posición en marzo, comprometiéndose en nuestra opinión a realizar más estímulos en algún momento de este año".
Para Ana Gil, del equipo de renta fija de M&G Investments, "desde la última reunión del BCE en diciembre, la inflación anual en la Zona Euro ha caído hasta el 0,2%, lejos del objetivo del banco central del 2%, y las condiciones financieras globales se han ajustado desde el comienzo del año, con los nuevos mínimos del precio del petróleo por debajo de 30 dólares el barril".
Desde la gestora estiman que la inflación podría repuntar en la segunda parte del año, pero reconocen riesgos bajistas por ese comportamiento de los precios del crudo.
"Después de escuchar a Draghi, y dado el actual entorno de mercado, los mercados parecen estar de acuerdo en que todo está preparado para un mayor estímulo en marzo", indica Gil, recordando que, al final, "que el BCE aumente los estímulos dependerá de si el impacto deflacionario de los precios del petróleo es una historia temporal o de largo plazo". La experta recuerda que a pesar de que los actuales precios son positivos en el corto plazo para el consumidor y el crecimiento, si esta situación se prolonga en el tiempo "podría influir en las expectativas de inflación a medio plazo", especialmente si comienza a transmitirse a través de los salarios.
"Los bancos centrales deberían vigilar muy de cerca las expectativas de inflación ligadas al consumo, ya que un periodo prolongado en las caídas de precios puede desembocar en dificultades para muchas empresas, el empleo y los salarios, que sufrirían ralentizando, probablemente, también el consumo".
Por su parte, Patrice Gautry, Economista Jefe de Union Bancaire Privée (UBP), coincide con el consenso en que habrá nuevas medidas en marzo. Y pone como ejemplo una tasa de interés más negativa, así como una expansión del QE, ya sea en cantidad o en los activos que puedan entrar en su círculo de compras.