Cuando el Gobierno puso en marcha a comienzo de año la reforma eléctrica, uno de sus compromisos fue mantener a raya el recibo de la luz. La realidad desbordó el proyecto con una subida de la luz en diciembre que suponía un incremento del 11% en las tarifas reguladas. El Ejecutivo reaccionó con celeridad suspendiendo las subastas trimestrales, que formaban el precio de la luz, y acusando a los agentes del mercado de manipulación. Por decretazo fijó una nueva tarifa hasta que desarrollara un nuevo sistema de elaboración de precios. La gran idea salida del Ministerio de Industria fue dejar que el mercado mayorista, conocido como pool, donde los productores de electricidad y las comercializadoras negocian la electricidad, fuera el que se va a aplicar a los pequeños consumidores cada hora.
La iniciativa fue fuertemente criticada por el sector y por los consumidores, ya que suponía dejar expuesto al ciudadano que tuviera contratado el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), la gran parte de hogares, a la fuerte volatilidad del mercado mayorista. Para la segunda parte del año tenía que estar puesto en marcha si no fuera porque la mayoría de viviendas no cuentan con contadores de última generación que puedan aplicar las tarifas cada hora según cotice el precio de la realidad. Ante la imposibilidad técnica, el Gobierno decidió que se aplicaría el precio medio diario en un período de dos meses hasta que poco a poco se fuera teniendo la infraestructura necesaria.
A septiembre ya se puede comenzar a analizar cómo se han comportado los precios. En junio y julio, los precios se mantuvieron estables alrededor de los 48 euros que tomó de referencia el Gobierno, pero más del doble del precio marcado en los primeros meses del año. De momento, el precio medio de la luz se sitúa en lo que va de año en 39 euros por debajo de los 44,16 euros del precio medio de 2013.
Pero la factura que comprende septiembre y octubre va a registrar la subida del 31% que ha experimentado el precio medio de la electricidad en el tercer trimestre respecto al segundo. El Gobierno se empeña en decir que según sus previsiones y teniendo en cuenta el mercado de futuro, el precio de la electricidad bajará un 4,9% a final de año, respecto a 2013. Lo cierto es que para lo que queda de año, los futuros marcan un precio ligeramente superior para noviembre y diciembre a los 50 euros el MWh, con lo que se cumplirían las previsiones del Gobierno.
También es cierto que el mercado eléctrico mayorista está demostrando que es imprevisible, y que incluso las predicciones fiables de los futuros están fallando en los últimos meses. Sin ir más lejos, el pasado viernes, el precio de la electricidad se disparó de media diaria a 71,06 euros, sin motivo alguno. En un solo día, varió más de un 31%. Tan extraño comportamiento que llevó a la cotización diaria a máximos de diciembre del año pasado, ha vuelto a poner a alertar CNMC, que investiga lo sucedido. Es el precio más alto en lo que va de año y subidas muy parecidas a las de diciembre cuando inexplicablemente se alcanzaron cotas por encima de los 90 euros, que llevaron a suspender las subastas trimestrales y que la CNMC abriera expediente a Iberdrola por manipulación de precios.
La fuerte subida del pasado viernes se sitúa más de un 30% por encima de la media en lo que va de mes. Este mes de octubre, la media se sitúa en 55 euros el MWh, un 6,7% menos que el mes de septiembre. Fuentes del sector indican que este mes se debería mantener más bajos los precios por las condiciones climatológicas, más viento y lluvia, que debería impulsar las energías más baratas para reducir los precios de producción. Sin embargo, septiembre fue también más favorable para que sucediera respecto agosto y los precios se dispararon de media un 11%. Circunstancia que provocó que Competencia abriera un nuevo expediente por las circunstancias anómalas del mercado.