Según las estadísticas públicas del centro de información del Consejo General del Notariado, el número de herencias retrasadas se dispararon un 110% desde 2007, pasando de 11.736 los 23.230 de 2012. El pasado año la cifra ascendió a 29.472 actos, mientras que en 2014 ya se sitúa en los 20.475, con datos hasta julio (últimos […]
Dirigentes Digital
| 14 oct 2014
Según las estadísticas públicas del centro de información del Consejo General del Notariado, el número de herencias retrasadas se dispararon un 110% desde 2007, pasando de 11.736 los 23.230 de 2012. El pasado año la cifra ascendió a 29.472 actos, mientras que en 2014 ya se sitúa en los 20.475, con datos hasta julio (últimos disponibles). Es decir, aún queda mucho para que los datos puedan superar la barrera de los 30.000.
Hay que especificar que estas cifras corresponden a los dos tipos de renuncia a herencias familiares que engloba el notariado: la renuncia simple, en la que el heredero renuncia sin más a la herencia, y la renuncia traslativa, cuando se renuncia en beneficio de otra persona.
"Estamos ante un nuevo escenario económico y financiero que demanda soluciones nuevas a los retos que nos plantea el futuro. Puede ser aventurado pero factible que la acumulación de riqueza durante la vida de una persona para posteriormente trasmitirla a nuevas generaciones se haya roto", explican desde el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
Lo cierto es que hasta ahora, la transmisión de la vivienda había sido una constante en las familias, pero los expertos recuerdan que en la actualidad "nos podemos encontrar con personas que se han jubilado y siguen pagando la hipoteca". En este sentido, advierten que los ahorradores se encontrarán con un activo, la casa, que no pueden poner en valor o percibir rentas de la misma.
Miguel Ángel Bernal, responsable del Departamento de Investigación del IEB, explica que "en la actualidad estamos viendo los problemas derivados de una generación, que en unos casos no pueden pagar la hipoteca, que en otros se han visto empobrecidos por la caída del valor de la misma, y una reducción salarial que, para no entrar en morosidad, han recurrido al alargamiento del plazo de amortización de su financiación".
Los expertos insisten en que estos son los problemas presentes. "Pero a futuro, podemos ver una nueva generación, la de los jubilados, con hipotecas pendientes, incluso herencias donde la casa conlleve hacerse cargo de la hipoteca aún pendiente de pago".