Reconoce este experto que inmersión en el universo high yield no está muy generalizada entre los institucionales, pues los riesgos asociados a ella les echan para atrás. Sin embargo, quiere dejar claro que sí, la posibilidad de un default es mayor que en el "grado de inversión", pero… el riesgo que se asume no es […]
Dirigentes Digital
| 04 nov 2015
Reconoce este experto que inmersión en el universo high yield no está muy generalizada entre los institucionales, pues los riesgos asociados a ella les echan para atrás. Sin embargo, quiere dejar claro que sí, la posibilidad de un default es mayor que en el "grado de inversión", pero… el riesgo que se asume no es mucho mayor que el que hay en juego al invertir en renta variable.
Es más, destaca, el high yield, hoy por hoy, ofrece un buen ratio riesgo/beneficio con respecto a las Bolsas. Por otra parte, añade, no debemos olvidar la recuperación económica en marcha en las economías desarrolladas, aspecto positivo para este activo, que se mantendrá, en su opinión, a pesar de los "tropiezos" que ha sufrido la actividad global, que son más "temporales" que "parones" profundos.
Laliére prefiere, en este contexto, high yield europeo, a pesar de que el estadounidense es "más líquido", pues el 31% de esta deuda en el Viejo Continente está asegurada, frente al 19% del otro lado del Atlántico. Esto significa una mayor "resistencia" en términos de riesgo cuando se produce una recesión o una ralentización.
Por otra parte, si observamos la evolución del ratio de default entre 1981 y 1994, vemos que es mayor en el caso de Estados Unidos que en Europa, ante las diferentes normativas vigentes a la hora de liquidar una corporación. A esta orilla del "charco", se da más tiempo a las empresas para reestructurar su balance cuando tienen dificultades, explica.
De cara al futuro, el ratio de default debería mantenerse reducido para lo que resta de año, aunqe repuntará el que viene. Según estimaciones de Moody’s, se situará en diciembre en el 2,7% para alcanzar el 3,1% en agosto. Pero aún así esto "no es una pesadilla para la cartera", si se sabe buscar empresas de calidad, primando la capacidad de generación de flujo de caja, la calidad del crédito y sin riesgo de refinanciación.
Con todo, admite que el ciclo de crédito está muy avanzado y los inversores deberán aceptar una mayor volatilidad de aquí en adelante (especialmente teniendo en cuenta la posibilidad de que la Reserva Federal suba tipos en diciembre). Ahora bien, los flujos deberían apoyar, a medida que más institucionales se aproximan a este activo y también la ampliación de la flexibilización cuatitativa (QE) del Banco Central Europeo (BCE).