Pocos dirigentes tienen vocación de empresario, y aún menos empresarios tienen madera de dirigentes. Pero hay excepciones y Carlos Bertomeu sin duda es una de ellas: un dirigente con alma de empresario que se convirtió en emprendedor después de cumplir los cincuenta años para rescatar a su propia compañía, la que él mismo fundó veinte […]
Dirigentes Digital
| 03 feb 2016
Pocos dirigentes tienen vocación de empresario, y aún menos empresarios tienen madera de dirigentes. Pero hay excepciones y Carlos Bertomeu sin duda es una de ellas: un dirigente con alma de empresario que se convirtió en emprendedor después de cumplir los cincuenta años para rescatar a su propia compañía, la que él mismo fundó veinte años atrás. Carlos Bertomeu fue quien propuso a la familia Serratosa, en su condición de director de inversiones de Nefinsa, crear una compañía aérea regional para diversificar inversiones. Corría el año 1993 y la conocida saga empresarial valenciana acababa de hacer una caja de 125.000 millones de pesetas con la venta de Valenciana de Cementos.
Además, se acababa de presentar una oportunidad en el sector aeronáutico español con la entrada en vigor de la "cuarta libertad" del tratado de Schengen: la liberalización del mercado aéreo. Por primera vez en la historia de la aviación comercial europea, cualquier aerolínea podría volar al destino que desease sin tener que negociar acuerdos bilaterales de carácter estatal como ocurría hasta entonces.
Los primeros empleados y los directivos de Air Nostrum -entre los que se encontraba el propio Carlos Bertomeu como consejero delegadotrabajaron duro para sacar adelante el proyecto. "Supimos aprovechar en positivo la ventaja que nos llevaban las demás compañías europeas. Mientras tramitábamos las licencias para que naciese Air Nostrum hicimos cientos de vuelos en Europa y América del Norte, analizamos la forma de trabajar de decenas de aerolíneas, estudiamos todos los informes que caían en nuestras manos sobre operaciones, comercialización, marketing, servicio a bordo, mantenimiento, etcétera. Nuestro objetivo era copiar las mejores prácticas de otras compañías regionales, a la vez que evitábamos sus defectos. Todo ello sin perder de vista que la estrategia de la compañía debía centrarse absolutamente en ofrecer el mejor servicio al pasajero. Creo que ese estilo propio de hacer las cosas fue uno de los pilares en los que se cimentó el éxito del proyecto", declararía Carlos Bertomeu años más tarde. Finalmente el proyecto se hizo realidad. El 15 de diciembre de 1994 despegó del aeropuerto de Manises con destino a Bilbao el vuelo YW 251 de Air Nostrum con 16 pasajeros, la primera operación de la compañía. Más de veinte años más tarde, con más de 2 millones de vuelos operados y cerca de 75 millones de pasajeros transportados, la historia de Air Nostrum ha sido una historia de éxito jalonada de momentos difíciles.
En estas dos décadas, la aerolínea valenciana ha sido galardonada en cinco ocasiones con el Premio a la Mejor Aerolínea Regional de Europa por la ERA (European Airlines Regional Association). Esta asociación, la más prestigiosa del sector, le otorgó a Air Nostrum la Palma de Oro a la Excelencia Sostenida, una distinción a perpetuidad que han recibido muy pocas compañías aéreas en Europa. En 2010, Air Nostrum fue elegida en Washington "Mejor Compañía Regional del Mundo" por la revista ATW y la reconocida consultora aeronáutica norteamericana SKYTRAK, que trabaja con 18 millones de encuestas a pasajeros de 125 países que valoran hasta 42 parámetros de las aerolínea, la ha seleccionado en 2015 como la segunda mejor aerolínea regional de Europa en su ranking anual. Pero no todo han sido éxitos. Entre los años 2008 y 2013 se desplomó el tráfico en el mercado doméstico de nuestro país. En España, dada la incidencia de la crisis, la cifra de pasajeros transportados cayó un 37% mientras que la media europea fue de sólo un 13%. En Europa cerraron más de 65 aerolíneas regionales y se perdieron más de 13.000 puestos de trabajo.
Tras 13 años consecutivos de beneficios, Air Nostrum entró en pérdidas y la dirección tuvo que acometer una reestructuración de la empresa que implicó el abandono de las rutas deficitarias, la incorporación de nueva flota más eficiente y la reducción de los costes en general, especialmente de los laborales. Este último punto se llevó a cabo mediante un ERTE y otras medidas de ajuste en función de los diferentes colectivos pero tratando de evitar los despidos en la medida de lo posible. Finalmente, en mayo de 2014 y tras un intensivo trabajo de adecuación de la compañía a la nueva realidad del mercado, codo con codo con la consultora norteamericana Seabury, se realizó con éxito la ampliación de capital. Carlos Bertomeu se convirtió en el principal accionista de Air Nostrum con el apoyo de sus socios Antonio Pellicer y José Remohí, y la aerolínea regresó a beneficios. "Creatividad, tesón, pensamiento a largo plazo, humildad en la aproximación y capacidad para corregir los errores son, desde mi punto de vista, los valores para iniciar un negocio partiendo de cero", fue el consejo que dio a sus "apadrinados" de la carrera de ingeniería aeronáutica de la UPV Carlos Bertomeu, este dirigente número 1 de su promoción del MBA del Instituto de Empresa de vocación emprendedor
