Si la volatilidad cotizada es sinónimo de inestabilidad: los inversores han superado en buena medida el shock que supuso el Brexit. Pero, esto no significa que la incertidumbre haya desaparecido. El S&P ha recuperado también los niveles previos al Brexit, ahora en 2094 puntos. Pero, la correlación entre los 50 mayores valores del S&P ha […]
Dirigentes Digital
| 08 jul 2016
Si la volatilidad cotizada es sinónimo de inestabilidad: los inversores han superado en buena medida el shock que supuso el Brexit. Pero, esto no significa que la incertidumbre haya desaparecido.
El S&P ha recuperado también los niveles previos al Brexit, ahora en 2094 puntos. Pero, la correlación entre los 50 mayores valores del S&P ha alcanzado su nivel más elevado desde 2011. En aquel momento hablábamos de la Crisis del Euro, enfocada en los problemas de la periferia europea. Ahora sigue siendo Europa el principal foco de atención. Aunque como nos recordaban las Actas de junio de la Fed el miércoles pasado, no es el único factor de preocupación.
Al final, la inestabilidad lleva a la incertidumbre. Aunque mejor podríamos decir que, en la actual situación, la acentúa. La incertidumbre, como vemos ahora, no tiene por qué traducirse en una mayor inestabilidad.
Al final, preocúpense de lo que no conocen. De lo inesperado.
Desde una perspectiva técnica, niveles tan elevados de correlación en bolsa y con inversores que se mueven entre el miedo y pánico ha sido sinónimo de un mercado que recupera posiciones. A corto plazo.
El fuerte castigo recibido por el sector financiero a nivel mundial en las últimas semanas está siendo objeto de análisis. Y de mucha inquietud internacional. Al final, buscando la racionalidad en su comportamiento podríamos decir que los inversores no cuestionan tanto su solvencia como la perspectiva de beneficios. Y en este punto entra naturalmente, la posibilidad de una mayor expansión de la política monetaria desde los principales bancos centrales. Pero, ¿de verdad tendría sentido? Si se trata de combatir la preocupación de los inversores (financieros), mejor advertir de la existencia de margen de actuación y no tanto utilizarlo.
Sigo pensando que el sector financiero, mundial, necesita respeto y más responsabilidad desde las autoridades. Su fuerte castigo en Bolsa es un factor de desconfianza que debe ser contrarrestado. Las expectativas a futuro son clave para la evolución de la bolsa. Pero, una desconfianza que se retroalimenta con las propias caídas del mercado no es sano. Esto en buena parte es lo que veo en estos momentos en buena parte del sector financiero mundial.
Por último, unas cifras desde Citi. Según sus estimaciones durante la última semana vieron entradas por 14.400 millones de dólares en fondos de renta fija mundial. Pero, también entradas aunque marginales en los fondos de renta variable por 470 millones. Importante que en los fondos de Bolsa europea se produjeron, siempre según Citi, salidas de dinero por 4.400 millones. Los fondos de Bolsa USA con entradas por 3.000 millones y los fondos generalistas en Bolsa con entradas de 1.600 millones. También entradas por 147 millones en fondos de Bolsa emergente.
José Luis Martínez Campuzano es portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB).