El nombramiento de Paul Volcker como presidente de la Reserva Federal cambió el rumbo de la historia financiera de Estados Unidos. La llegada del banquero central a la institución hizo que se empezara a combatir la inflación, lo que repercutió en un aumento del rendimiento de los bonos gubernamentales y la caída de la tasa de […]
Dirigentes Digital
| 17 oct 2016
El nombramiento de Paul Volcker como presidente de la Reserva Federal cambió el rumbo de la historia financiera de Estados Unidos. La llegada del banquero central a la institución hizo que se empezara a combatir la inflación, lo que repercutió en un aumento del rendimiento de los bonos gubernamentales y la caída de la tasa de descuento en renta variable, causando una considerable subida de esta clase de activo. Ahora esta historia se repite, aunque en esta ocasión, los protagonistas son el primer ministro de India, Narendra Modi, y el gobernador del banco central del país asiático hasta el pasado mes de septiembre, Raghuram Rajan, recientemente sustituido por Urjit Patel. Los dos mandatarios indios recuerdan al equipo formado por Ronald Reagan y Paul Volcker que cambió la historia financiera de la principal economía del planeta. Modi, que llegó al poder con una importante agenda reformista bajo el brazo, encargó a Rajan la misión de hacer que India siguiera los pasos de China, tarea para la que el gobernador del banco central le pidió un mandato para combatir la inflación, ya que tal y como le explicó al mandatario, la inflación es el “impuesto de los pobres”. Rajan tenía ante sí un escenario en el que la inflación crecía a un ritmo cercano al 10% y que en ocasiones llegaba a situarse por encima de los dos dígitos. Ahora, el objetivo de inflación actual es de un 4% para 2018. Gracias a esta dupla, el futuro al que se enfrenta India ha cambiado considerablemente. India está donde estaba Estados Unidos en 1980, cuando Reagan llegó a la Casa Blanca. La similitud entre los dos casos invita a pensar que nuestros nietos verán el nombramiento de Rajan como el evento más importante de la historia financiera del país asiático. El cambio de política del Banco Central de India, que ha priorizado la inflación al crecimiento por primera vez desde que se independizara en 1948, abre la puerta a una gran cantidad de oportunidades de inversión. La oportunidad más importante se encuentra en la renta fija, ya que los inversores todavía no han sabido comprender el potencial de la misión de Rajan y, ahora, la continuación de esta política por parte de Patel. Por este motivo, los bonos gubernamentales a 10 años ofrecen un rendimiento del 7% cuando el rendimiento se debería situar entre el 4% y el 5%. La prima de riesgo que se paga en esta clase de activo sigue siendo demasiado elevada, lo que la hace especialmente atractiva dado que el riesgo real no es tan alto. Se podría decir que estamos ante la mejor oportunidad en renta fija de todo el planeta. La historia de la renta variable india también es muy positiva, ya que la tasa de descuento de esta clase de activo va caer desde del doble dígito hasta situarse en una sola cifra. Además, el aumento de la clase media va a impulsar al conjunto de la economía india, aunque hay cinco sectores que se van a ver especialmente beneficiados: finanzas, materiales, consumo, tecnologías de la información y sanidad. Otra razón muy importante es que India es muy idiosincrática. Sus vínculos con el resto del mundo son muy bajos. Importa petróleo y oro y exporta tecnología de la información. Si el resto del mundo colapsa, India sigue a su ritmo. Además, la correlación de los bonos indios con los estadounidenses o alemanes es casi cero, por lo que si estallase la burbuja en los mercados europeos o estadounidense, India no sentiría el impacto. Solo un 5% de la deuda India está en manos extranjeras. Además, India se encuentra relativamente a salvo de los principales riesgos que se ciernen sobre las economías emergentes. Por un lado, su baja correlación con la deuda estadounidense hace que la economía asiática sea inmune a una subida de tipos de interés de la Fed. Además, la posible llegada de Donald Trump a la Casa Blanca tampoco repercutiría negativamente en India, algo que sí podría afectar a las economías mexicana o china, ya que India no parece levantar mucho interés en el candidato republicano. Por otro lado, la exposición de India a China es relativamente reducida, ya que el comercio entre ambos países es prácticamente inexistente. Una caída en la economía china (algo poco probable) causaría una nueva caída en el precio de las materias primas, algo de lo que India se beneficiaría a ser un país importador. En todas las situaciones de riesgo para las economías emergentes, India saldría bien parada. Donald Amstad, director de Aberdeen Asset Management en Asia.