El mercado no lo está… El nuevo Gobierno portugués ha reiterado que el próximo año seguirá el ajuste del déficit, situándolo debajo del nivel del 3,0% del PIB. En concreto, un descenso hasta un 2,8% del PIB desde el 3% estimado para este año. Pero, un dato muy por encima del 1,8% previamente acordado con […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
El mercado no lo está…
El nuevo Gobierno portugués ha reiterado que el próximo año seguirá el ajuste del déficit, situándolo debajo del nivel del 3,0% del PIB. En concreto, un descenso hasta un 2,8% del PIB desde el 3% estimado para este año. Pero, un dato muy por encima del 1,8% previamente acordado con la Comisión.
Para 2017 espera ahora un déficit del 2,6% (1,1%), del 1,9% en 2018 (0,6%) y 1,5% en 2019.
¿Necesitan más datos para evaluar las nuevas previsiones? Lamentablemente no los tengo yo. Y el nuevo Gobierno portugués tampoco los ha ofrecido. Pero, es complicado que se cumpla el objetivo pactado con Bruselas de un descenso en el déficit estructural para 2016 de 0,9 puntos si consideramos los nuevos objetivos.
¿Manda la economía? Naturalmente, siempre nos podemos equivocar en las previsiones económicas. Nosotros, por ejemplo, esperábamos inicialmente que la economía portuguesa creciera en 2016 un 1,7%, algo más moderado que el 1,8% que aún estimamos para este año. Pero, naturalmente, siempre nos podemos equivocar a la baja. Aunque también puede ocurrir todo lo contrario.
Ayer mismo conocíamos que la confianza de consumo bajó en noviembre hasta -13,7 desde -11,2. Es el nivel más bajo desde principios de año. ¿Resultado de las elecciones? Mejor, de la tensión para formar gobierno. El desglose del dato mostraba tanto un deterioro en las expectativas personales como en la valoración general de la economía.
Naturalmente, los indicadores de tipo cualitativo siempre deben tener una lectura más matizada que los de tipo cuantitativo. Especialmente en situación de incertidumbre. Como la actual.
Al final, estar en el euro impone la necesidad de seguir con ajustes y reformas. Y ya comprobamos con Grecia como, hasta los partidos más radicales, finalmente se adaptan a las contrapartidas exigidas para mantenerse en el euro. Pero, Grecia no es Portugal. En el caso de Portugal, por ejemplo, aún tiene acceso a la financiación del mercado. Y el Eurosistema (incluido entonces no sólo el Banco de Portugal como el BCE) compra papel en el mercado de forma casi automática. Esto no ocurría en el caso de Grecia. Grecia pedía un acuerdo de financiación europeo, cuando Portugal lo ha superado (pese a que mantiene aún el soporte europeo… más de 78.000 millones).
¿Puede haber otros paralelismos? Al margen de la deuda y problemas de competitividad, debilidad del sector financiero, está el rating. ¿Qué pasaría si Portugal finalmente pierde el acceso a la financiación del mercado? en este punto sí volveríamos a valorar a Grecia como ejemplo.
Naturalmente, esto no va a ocurrir. Y deseo que no ocurra.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.