Tras el buen comportamiento de los mercados de renta variable en los últimos meses, las valoraciones de este tipo de activo ya no son baratas. Pero con los bajos tipos de interés, la renta fija core tampoco resulta ya atractiva. Todo un reto para los inversores que buscan rentabilidades para sus carteras. A juicio de […]
Dirigentes Digital
| 21 jul 2014
Tras el buen comportamiento de los mercados de renta variable en los últimos meses, las valoraciones de este tipo de activo ya no son baratas. Pero con los bajos tipos de interés, la renta fija core tampoco resulta ya atractiva. Todo un reto para los inversores que buscan rentabilidades para sus carteras. A juicio de JP Morgan, la inversión en clases de activos alternativos podría ofrecer una solución, aunque recuerdan que los inversores deben entender los riesgos y las oportunidades que ofrecen estos activos.
Pero, ¿qué es realmente la inversión alternativa? Los expertos explican que es aquella inversión que no entra en las clasificaciones tradicionales de renta variable, fija o efectivo. Estos pueden incluir divisas, materias primas, bienes inmobiliarios, hedge funds, capital privado o productos más inusuales como obras de arte y vino.
Desde JP Morgan explican que tradicionalmente, este tipo de activos se consideraba terreno solo apto para inversores de elevados patrimonios o bien inversores institucionales. "En primer lugar, se necesitan inversiones iniciales mucho mayores y, además, el capital estaba restringido durante un periodo de tiempo mucho mayor", insisten. Sin embargo, ahora "las alternativas son cada vez más habituales y su popularidad va en aumento".
Baste un ejemplo para demostrarlo. Entre 2009 y 2013, la clase de activos de los hedge funds ha crecido de 1,6 a 2,6 billones de dólares, "y el fondo de fondos más líquido se ha ampliado mucho más rápido, casi duplicándose, al pasar de 154.000 a 278.000 millones de dólares en el mismo periodo de tiempo".
Y es que los gestores se muestran convencidos de la ventaja que supone apostar por este tipo de activos alternativos para diversificar carteras, ante su baja correlación con las categorías más tradicionales de renta variable o renta fija. JP Morgan destaca que "una cartera bien diversificada con estrategias alternativas no correlacionadas pueden ofrecer un potencial de mayor rentabilidad a largo plazo, con la ventaja añadida de una menor volatilidad".
Eso sí, siempre considerados dentro de una cartera de inversión más amplia, ante los riesgos que implican estas estrategias. Y es que aunque la liquidez ha mejorado con los años, las inversiones alternativas son mucho menos líquidas en momentos de tensión o volatilidad en los mercados. "Estos productos pueden ser más complejos y menos transparentes que los activos tradicionales, por lo que resultan menos apropiados para el inversor no sofisticado", afirman desde JP Morgan.