Si analizamos el panorama actual, vemos que las inversiones tradicionales están saturadas, ofreciendo por tanto un atractivo muy pobre: la deuda pública, en negativo o rentabilidad nula. Es posiblemente el momento de la historia de mayor riesgo país en la eurozona, pero en cambio con las rentabilidades más pobres; los depósitos, a mínimos. Los bancos […]
Dirigentes Digital
| 17 dic 2015
Si analizamos el panorama actual, vemos que las inversiones tradicionales están saturadas, ofreciendo por tanto un atractivo muy pobre: la deuda pública, en negativo o rentabilidad nula. Es posiblemente el momento de la historia de mayor riesgo país en la eurozona, pero en cambio con las rentabilidades más pobres; los depósitos, a mínimos. Los bancos no tienen falta de liquidez, por lo que no se "pelean" por los depositantes, lo cual se traduce en que ofrecen tipos de interés en los depósitos muy reducidos; la renta fija tradicional, con precios máximos y rentabilidades mínimas históricas. Hemos llegado a ver emisiones como Nestle pagando tipos de interés en negativo; la renta variable, cerca de máximos. Aún sabiendo todos que las empresas no pasan por el mejor momento de su historia, en cambio sí están cerca de sus precios máximos históricos.
El motivo de todo ello no es otro que el exceso de liquidez que está poniendo a disposición de los bancos el BCE, que les lleva a "que haya dinero para todo". El riesgo, que la realidad económica está muy lejos de estar en su mejor momento, por lo que el riesgo a desplomarse esta burbuja es elevado. En todo este panorama, volvamos al inicio… ¿cómo podemos atrevernos a decir que existe la opción de invertir al 4%-6% anual de forma recurrente?
Porque en este panorama no todo es negativo. Han nacido otras alternativas de inversión que, desintermediando la banca, logran hacer llegar al inversor final la rentabilidad que le pertoca según el riesgo asumido. Uno de estos modelos que cada vez es más conocido, empezando en Estados Unidos hace una década, en Europa desde hace un lustro y en España de la mano de Arboribus desde hace dos años es el crowdlending o la inversión directa en préstamos a empresas.
Financiar empresas no es un negocio nuevo; de hecho ha sido siempre uno de los principales negocios de los bancos. Lo que es novedoso es que actualmente se accede a este tipo de inversiones fuera del circuito bancario, directamente, lo que permite obtener una rentabilidad muy superior. Además, goza de regulación por parte del Banco de España y la CNMV, lo cual ofrece la máxima seguridad al inversor.
El funcionamiento es simple: el inversor se registra en la web en menos de 5 minutos, efectúa una provisión de fondos del capital que quiere invertir, decide que cantidad invertir por préstamo y el tipo de interés que desea. Así de simple. En 3 sencillos pasos se crea una cartera de préstamos que te permitirán obtener de forma fiable entre un 4% y un 6% anual.
En conclusión, las rentabilidades elevadas y constantes, los intereses y plazo de la operación fijos desde inicio, no le afecta los vaivenes del mercado y goza de una transparencia a la que estamos muy poco acostumbrados. En Arboribus, gracias a su estricto análisis de las operaciones que presenta a los inversores, acumulan cerca de un 8% anual tal y como muestran de forma transparente en su portal. Por todo ello, no debe sorprender que esté siendo uno de los mayores fenómenos del sector financiero a nivel mundial.
