"La principal ventaja de los convertibles es que pueden ofrecer retornos asimétricos, esto significa que participan de los movimientos al alza de las acciones en mayor medida que en las caídas de los precios", afirma Léonard Vinville, gestor del fondo M&G Global Convertibles Fund. Este mercado, continúa, ofrece a los inversores una amplia gama de […]
Dirigentes Digital
| 18 mar 2015
"La principal ventaja de los convertibles es que pueden ofrecer retornos asimétricos, esto significa que participan de los movimientos al alza de las acciones en mayor medida que en las caídas de los precios", afirma Léonard Vinville, gestor del fondo M&G Global Convertibles Fund.
Este mercado, continúa, ofrece a los inversores una amplia gama de bonos, lo que les proporciona exposición a una variedad de emisores de todo el mundo en muchas industrias diferentes.
"En nuestra opinión, las mayores oportunidades en el universo de los convertibles se encuentran en el área sin calificación del mercado y entre los emisores de mediana capitalización. En muchos casos, la única manera de ganar exposición al crédito de este tipo de compañías es a través de un convertible, y estas empresas no tienden a molestarse ni a gastar en notas de las agencias", explica este experto.
Opina que hay más posibilidades de cosechar beneficios en este área, "ya que los emisores no son ‘seguidos’ por los analistas y, por tanto, las acciones y el crédito pueden estar en precios incorrectos. Los convertibles también dan la posibilidad de invertir en corporaciones cuyas acciones son volátiles, a través un instrumento por naturaleza menos volátil".
Para aprovechar al máximo estas premisas, Vinville implementa en el M&G Global Convertibles Fund una estrategia centrada en la "selección de convertibles con un enfoque ascendente (de abajo a arriba) y global que se basa en la valoración de los fundamentales de las compañías".
Así, lleva a cabo un primer "filtro" mediante un análisis de crédito basado en pruebas de estrés para saber cuál es la fortaleza real del balance de la empresa emisora. Sino supera este "examen" directamente se descarta, pero si lo hace, se pasa a revisar su modelo de negocio y sus posibilidades de crecimiento, siendo lo importante el flujo de caja y los dividendos.
Finalmente, se lleva a cabo un análisis técnico, pues puede que un valor sea barato, pero hay que encontrar la razón, conocer los catalizadores que podrían impulsar su valoración. Es clave conocer la liquidez pues "normalmente el buen crédito es más liquido del malo".