"Invertir en el futuro suena un poco como a predicción del mismo y eso es un asunto complicado", apuntan los gestores de Robeco Henk Grootveld y Jack Neele. Con todo, destacan, hoy por hoy hay determinados acontecimientos que ya podemos identificar y que darán forma a los tiempos que están por venir de alguna manera. […]
Dirigentes Digital
| 10 may 2016
"Invertir en el futuro suena un poco como a predicción del mismo y eso es un asunto complicado", apuntan los gestores de Robeco Henk Grootveld y Jack Neele. Con todo, destacan, hoy por hoy hay determinados acontecimientos que ya podemos identificar y que darán forma a los tiempos que están por venir de alguna manera.
Uno de ellos es, por ejemplo, el cambio climático y los efectos que tendrá sobre la disponibilidad de alimentos y agua. O el envejecimiento de la población mundial y la creciente clase media en los países emergentes, así como el incremento de la riqueza en estas regiones. También la innovación tecnológica, el avance en la robótica, la automatización, la digitalización y la genética.
Todos estos desarrollos son las conocidas "megatendencias, temas actuales que tendrán un impacto de largo alcance en nuestra sociedad, economía, cultura y forma en la que vivimos y trabajamos, tanto ahora como en el futuro. Tendencias que ya son evidentes, que continuarán durante las próximas décadas, y determinarán el porvenir", detallan.
Gestoras e inversores acuden a estas tendencias a la caza de oportunidades en este entorno de bajas rentabilidades y escasas opciones de inversión. Pero, ¿cómo puede el inversor adelantarse al futuro gestionando el riesgo de forma adecuada?
El primer consejo de Grootveld es "no buscar ganadores, sino simplemente evitar a los perdedores". Y recuerda: "Estamos acostumbrados a ir por los primeros, pero en este caso es más sencillo hacer lo segundo, pues los perdedores del mañana son a menudo los monopolios de hoy. Empresas inflexibles o asustadas para cambiar, sobre todo cuando se trata de tecnología". Kodak o Nokia son muestra de ello.
Mientras, Neele recomienda la "estrategia del cubo y la pala", es decir, "invertir en proveedores en lugar de buscar las compañías que vayan a romper con alguna innovación". Así, detalla, es complicado adivinar quién lanzará el primer coche que se conduzca solo, ¿Google, Tesla, Apple, algún fabricante tradicional? Pero lo que sí está claro es que necesitarán todo tipo de sensores, baterías eléctricas… por lo que podemos invertir en ellas.
Por otra parte, señalan que "no hay que subestimar la velocidad de una tendencia", pues puede que haya ciertos movimientos exagerados, pero no que estos no sean reales. Asimismo, afirman que no se debe cometer el error de pensar que los países desarrollados van por delante de los emergentes: "En cuanto a la aplicación de técnicas digitales para los bienes de consumo Estados Unidos es líder, pero en lo que respecta al comercio electrónico, China gana". En este sentido, conviene vigilar si las diferentes empresas están "adoptando tecnologías digitales".
Finalmente, apuntan, no está de más revisar la mano de obra, esto es, si la empresa cuenta con programadores y analistas de datos que pueden implementar las técnicas necesarias para aprovecharlos y crear nuevos productos y servicios de acuerdo con la demanda de sus clientes. También afirman: "El miedo al fracaso es la mayor amenaza para la innovación". Y, acaban: "Las empresas innovadoras y exitosas en primer lugar se preguntan por qué están haciendo lo que están haciendo. Sólo entonces contestan cuestiones sobre lo que están haciendo y cómo lo están haciendo".