La volatilidad que desde hace semanas ha dominado el mercado de renta fija ha dejado claro a los inversores que no existe un activo cien por cien seguro. A pesar de la tormenta tras el reciente ‘sell off‘, Wells considera que las políticas expansivas del Banco de Japón y del Banco Central Europeo (BCE) sigue […]
Dirigentes Digital
| 01 jun 2015
La volatilidad que desde hace semanas ha dominado el mercado de renta fija ha dejado claro a los inversores que no existe un activo cien por cien seguro. A pesar de la tormenta tras el reciente ‘sell off‘, Wells considera que las políticas expansivas del Banco de Japón y del Banco Central Europeo (BCE) sigue dando apoyo a los mercados de bonos.
"Como compradores dominantes en el mercado, ambos están dando apoyo no sólo a su respectiva deuda pública, sino también a los bonos corporativos, lo que está obligando a los inversores ávidos de rentas a subir por la curva de rendimientos y la escala de riesgos", explica el experto.
A su juicio, el principal reto del BCE es la oferta de activos a la vista del reducido conjunto de bonos admisibles, "lo que le obliga a comprar bonos con vencimientos más largos y, posiblemente, activos en otros mercados europeos de bonos".
Así, considera que las empresas podrían emitir bonos con diferenciales más bajos en este escenario, garantizando su financiación a largo plazo. Aunque esto tenga un impacto directo en la mejora de la economía de la región, Wells se muestra convencido de que el organismo presidido por Mario Draghi esperará el tiempo que sea necesario hasta que los síntomas de recuperación se confirmen en todas las economías europeas.
Atentos a los movimientos corporativos financiados con deuda
Wells considera que los inversores también deben estar muy atentos a la actividad corporativa, que podría ser una fuerza de primer orden para esta categoría. "El volumen de operaciones corporativas del año pasado fue excepcional, sobre todo en EEUU, y este año parece que seguirá igual, ya que se han anunciado varias operaciones de gran tamaño y vendrán más", asegura.
Desde Fidelity recuerdan que estas operaciones se financian a menudo con deuda, "lo que eleva el apalancamiento de las empresas y, por tanto, es menos positivo para los bonos de estas empresas que para sus acciones". Wells advierte que "las agencias de calificación crediticia vigilan de cerca las fusiones y adquisiciones financiadas con deuda, lo que puede erosionar las calificaciones crediticias de empresas de alta calidad en detrimento de sus bonistas".
¿Dónde queda valor?
Bajo este escenario, Wells considera que la segunda parte del año será especialmente interesante para la deuda de mercados emergentes. "Esta clase de activo está madurando y el interés en los bonos de las empresas va aumentando". De hecho, es una realidad que los rendimientos que ofrecen los mercados emergentes superan a los que ofrecen los desarrollados, "y el refuerzo de la confianza podría hacer que los inversores volvieran de nuevo la vista hacia estos mercados".
El experto apunta a los bonos de alto rendimiento, ante el crecimiento de "buenas empresas que tradicionalmente han acudido a los bancos para financiarse" y ahora están saliendo a estos mercados.
Sin embargo, para Wells, la forma que posiblemente resulte más atractiva para obtener buenos resultados durante los próximos 18 meses es la inversión estratégica en los mercados de renta fija, que se centra en la rentabilidad total en lugar de los índices de referencia tradicionales basados en las emisiones. "Este enfoque de inversión combina deuda pública, deuda corporativa, bonos de alto rendimiento, bonos emergentes y bonos indexados a la inflación para reducir la exposición a mercados, monedas o ciclos de tipos de interés individuales y dejar margen para los ajustes a medida que van cambiando las condiciones", explica.
Sin embargo, un cambio significativo que los inversores deben tener en cuenta antes de decidirse por una estrategia es el problema de liquidez al que se enfrentan los mercados de renta fija. "La relajación cuantitativa de los bancos centrales y la mayor regulación del sector bancario han reducido la liquidez del mercado y lo han hecho más susceptible de sufrir ajustes bruscos en los precios, tanto al alza como a la baja", advierte Wells. Así, considera que la inversión estratégica en bonos puede reducir los riesgos de concentración en segmentos concretos de los mercados y puede ayudar a los inversores a protegerse mejor.