Aunque la consolidación se ha impuesto en las últimas sesiones, los mercados de renta variable, apunta Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock, comenzaron 2017 con una “nota de optimismo, dado que los datos económicos han confirmado que el crecimiento a nivel mundial está repuntando, incluso fuera de Estados Unidos”. Así llama […]
Dirigentes Digital
| 16 ene 2017
Aunque la consolidación se ha impuesto en las últimas sesiones, los mercados de renta variable, apunta Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock, comenzaron 2017 con una “nota de optimismo, dado que los datos económicos han confirmado que el crecimiento a nivel mundial está repuntando, incluso fuera de Estados Unidos”. Así llama la atención sobre Japón. La firma ve un “argumento de inversión sólido” en la Bolsa nipona, con cobertura de divisa, y cree que estos activos “deberían beneficiarse drásticamente de la reactivación de la actividad a escala global”, así como del posible repunte del crecimiento doméstico, a lo que se suma el ‘viento a favor’ que supone la debilidad del yen. Explica este experto que la depreciación de la divisa de Japón beneficia a la renta variable del país de dos maneras. En primer lugar, “impulsa los beneficios de las empresas exportadoras japonesas en moneda local”. Y, en segundo, “fomenta el abaratamiento de los activos japoneses de cara a los inversores extranjeros, lo que da lugar a unas mayores entradas de capital en el país”. Destacan también el impacto positivo de la caída del yen en Bolsa desde Capital Economics y revisan al alza sus previsiones para el Nikkei de cara al cierre de 2017 y 2018. Así, estiman que cerrará este año en los 21.750 puntos y el próximo en los 22.250 (frente a las estimaciones anteriores de 19.500 y 20.500, respectivamente). Coincide Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, al señalar que los indicadores adelantados de Japón han ganado momentum con la debilidad de su moneda, “que proporciona soporte su sector industrial exportador, a lo que se suma que su mercado de trabajo está más ajustado y puede facilitar el aumento del consumo”. Aunque reconoce que los indicadores técnicos apuntan a cierta sobrecompra en la Bolsa nipona, “la mejora de su economía doméstica, debilidad de su moneda y mejora global pueden proporcionar soporte”.